La extrema derecha de Alemania celebra congreso presencial pese al covid-19

El partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD) trata de sacar pecho en medio de su división interna de una posición «defensora de las libertades» frente a la «política de la bancarrota» que, según ese partido, impone en medio de la pandemia la canciller Angela Merkel con sus políticas a favor del confinamiento en el país.

Las divisiones afloraron este sábado en el partido especialmente sobre la estrategia a seguir frente al movimiento anticubrebocas, en el primer día de un congreso con varios cientos de delegados reunidos en plena pandemia.

La políticas contra la cuarentena de Merkel, el único punto en común
La mayoría de los 600 participantes mantuvieron las consignas sanitarias, respeto de distancia y uso de mascarillas, condición para organizar el congreso en Kalkar, en Renania del Norte-Westfali. El encuentro, que durará hasta el domingo, se celebra en una antigua central nuclear que nunca entró en funcionamiento y que se ha convertido en un parque de ocio y complejo hotelero.

Afirmaron que restricciones dictadas amenazan «la existencia del mundo de la cultura, de grandes y pequeños comerciantes, de familias enteras», afirmó uno de los presidentes del partido, Tino Chrupalla, en la apertura de su congreso federal.

Mantener cerrados bares, restaurantes, gimnasios, discotecas, museos, cines y teatros «llevará a la ruina a los alemanes», sostuvo, ante sus 600 delegados concentrados en Kalkar, una pequeña población a 60 kilómetros de la frontera con Holanda.

«Se están destrozando vidas, ya está en marcha una ola de bancarrotas (…) Muchas personas están perdiendo sus empleos. Somos los defensores de la democracia y de las libertades», prosiguió Chrupalla, quien comparte la dirección del partido con Jörg Meuthen, representante de su sector algo más moderado.

La división del la extrema derecha alemana

Mientras el primero arremetía contra las restricciones, ante un congreso que fue autorizado tras comprometerse su dirección, a regañadientes, a hacer cumplir las normas de higiene, Meuthen llamaba a los suyos al orden. No en lo que respecta al uso de la mascarilla, sino a las disidencias internas.

«Necesitamos disciplina interna. Tanto en el parlamento como en la calle», clamó Meuthen. Alternativa para Alemania está dando un espectáculo «con comportamientos adolescentes y personalismos», añadió, en alusión a altercados recientes en el Bundestag y a las muestras de cercanía de su corriente más radical con el neonazismo.

«No es inteligente hablar de dictadura. No estamos en una dictadura, si no, no podríamos organizar este congreso», dijo, en alusión a unas declaraciones del presidente de honor del partido, Alexander Gauland.

Gauland acusó recientemente al ejecutivo de utilizar «propaganda de guerra» para imponer su «dictadura coronavirus». Al margen del congreso, respondió a estas críticas acusándolo de querer fomentar una «escisión» en el partido.

El AfD «nunca ha estado tan en peligro» y recurrir a una retórica «agresiva y grosera» sólo hará que los electores se alejen del partido, afirmó Meuthen, entre aplausos y abucheos de los asistentes.

Sobre el partido de extrema derecha pesa una investigación por alteración del orden, después de que invitados del partido increparan a algunos diputados por los pasillos parlamentarios. Eso ocurrió la semana pasada, mientras en las inmediaciones del Bundestag miles de manifestantes contra la cuarentena se enfrentaban a la policía.

Meuthen lleva meses, además, tratando de contener a la corriente interna «Der Flügel» («El ala»), formalmente disuelta pero en activo y bajo observación de los servicios secretos de Interior. A esa línea pertenece el líder de Turingia, Björn Höcke, artífice del éxito del partido en la zona este de Alemania, donde es segunda fuerza.

Mientras Meuthen representa al sector más moderado, Chrupalla muestra afinidades con Höcke, un cabecilla provocador que no duda en marchar junto a declarados neonazis. Tras meses de amagos de escisión y rebeldía desde «El ala», Alternativa para Alemania necesitaba mostrar cohesión.

La atracción de un voto contra el confinamiento en Alemania
La mayoría de los partidos establecidos han optado por aplazar sus congresos, celebrarlos en formato virtual o fórmulas híbridas. Para Alternativa para Alemania, mantenerlo presencial es una exhibición de fortaleza.

«Todo está discurriendo en perfecto orden», aseguró el vocero del grupo parlamentario de Alternativa para Alemania, Marcus Schmidt. «Estamos mostrando madurez, los caóticos están afuera», añadió.
El congreso discurría en un recinto que los delegados no abandonarán hasta mañana, al cierre, ya que su hotel está en esa área cerrada.

«No vamos a tolerar exhibiciones de desobediencia. O se cumplen las normas vigentes o el congreso acabará prematuramente», advirtió la alcaldesa de la ciudad, Britta Schulz, del «Forum Kalkar», en una conversación telefónica previa a la apertura de la convención.
Schulz hubiera preferido no tener que ver el congreso en su ciudad, que fue autorizado pero bajo condiciones como el uso permanente de la cubrebocas, salvo en el caso de los oradores.

El partido ganar electorado con el voto de protesta contra las restricciones por la pandemia. Está muy presente en esas movilizaciones, que en Berlín y otras ciudades del país han llegado a juntar a decenas de miles de seguidores.

Ahí coinciden ciudadanos molestos por lo que consideran recortes a sus derechos fundamentales, comerciantes afectados por las restricciones, defensores de teorías de la conspiración y radicales violentos, como han advertido los servicios secretos de Interior.

Agencias