Caída de helicóptero militar en Colombia deja 9 muertos y 6 heridos

Al menos nueve militares murieron y otros seis resultaron heridos en Colombia tras la caída de un helicóptero UH-60 Black Hawk de fabricación estadunidense que realizaba una operación contra guerrilleros disidentes de las FARC en la zona selvatica del sureste del país, informó el ejército.

El helicóptero, con 17 uniformados dentro, se precipitó en un tramo del río Inírida, entre los departamentos de Guaviare y Vaupés, en el sureste selvático del país. El alto mando militar no ha precisado si la aeronave se accidentó o fue derribada.

«Hay nueve cuerpos que fueron encontrados, estamos en la búsqueda del resto», dijo el presidente Iván Duque en una mensaje televisado. «Es un momento difícil, reconocemos ese heroísmo que hacen todos los días nuestros soldados y policías por darnos tranquilidad, por entregarse por Colombia».

El mandatario describió los hechos en Twitter como «un accidente» y confirmó que los militares estaban dando apoyo a «operaciones contra ilegales».

En la región en donde se desplomó el helicóptero tienen una fuerte presencia disidencias de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) que se apartaron del acuerdo de paz firmado en 2016 para poner fin a un conflicto de más de medio siglo que ha dejado 260 mil muertos y millones de desplazados.

«Lamentablemente hemos encontrado nueve cuerpos de nuestro personal», señaló un portavoz de las Fuerzas Militares en un mensaje a la prensa.

Los nueve efectivos formaban parte de un grupo de 11 que había sido reportado como desaparecido más temprano. De momento se desconoce la suerte que corrieron los otros dos ocupantes del Black Hawk. En un primer informe el Ejército dijo haber rescatado a seis heridos.

«La comisión de la División de Aviación Asalto Aéreo del Ejército Nacional se encuentra en el lugar iniciando las investigaciones correspondientes con el fin de determinar las circunstancias de tiempo, modo y lugar en las que ocurrieron los hechos», agregó la institución en un comunicado.

Por las riberas del Inírida, en una estratégica zona para el narcotráfico, se mueve la que es considerada la disidencia más poderosa de las disueltas FARC al mando de «Iván Mordisco», en alianza con «Gentil Duarte». Con una larga trayectoria en la guerrilla, Duarte alcanzó a sumarse a las negociaciones de paz que condujeron al desarme de la organización.

Sin embargo, finalmente se marginó del acuerdo con el gobierno del ex presidente y Premio Nobel de Paz, Juan Manuel Santos, y actualmente está tras la reunificación de los grupos que optaron por no firmar el pacto que terminó con un levantamiento armado de casi seis décadas.

Inteligencia militar calcula que las disidencias cuentan con por lo menos 2 mil 300 integrantes que sobreviven en la guerra gracias al narcotráfico, la minería ilegal y una extensa red de apoyo. El acuerdo de paz permitió el desarme de unos 7 mil hombres y mujeres de los casi 13 mil que acreditó el hoy partido de izquierda Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC).

El movimiento ha denunciado el asesinato de 219 de sus ex combatientes desde la suscripción de los convenios, que han aliviado aunque sin extinguir por completo una guerra que deja más de nueve millones de víctimas entre muertos, desaparecidos y desplazados.

De acuerdo con la fiscalía, detrás de los crímenes están tanto las disidencias de la guerrilla marxista como el también insurgente Ejército de Liberación Nacional (ELN) y grupos ligados al narcotráfico. Colombia es el mayor productor y exportador de cocaína que se vende en Estados Unidos y Europa.

Agencias