Todos los obispos de Chile presentan su renuncia al Papa

18/05/18.- Al finalizar el encuentro con el Papa Francisco en Roma, los obispos de Chile han dado a conocer a través de una declaración las principales conclusiones de este “periodo de reflexión y diálogo”.

“Queremos anunciar que todos los obispos presentes en Roma, por escrito, hemos puesto nuestros cargos en las manos del Santo Padre para que libremente decida con respecto a cada uno de nosotros.” Este es el anuncio que han hecho los miembros de la Conferencia Episcopal de Chile al concluir su encuentro con el Papa Francisco en Roma.

El pasado mes de abril, los obispos de Chile fueron convocados por el Papa para llevar a cabo un “discernimiento franco frente a los graves hechos que han dañado la comunión eclesial y debilitado el trabajo de la Iglesia de Chile en los últimos años”, como se lee en la carta que Francisco entregó a los miembros de la Conferencia Episcopal chilena al finalizar el encuentro que ha tenido lugar esta semana en Roma.

“A la luz de estos acontecimientos dolorosos -continúa el Santo Padre- respecto a los abusos -de menores, de poder y de conciencia-, hemos profundizado en la gravedad de los mismos así como en las trágicas consecuencias que han tenido particularmente para las víctimas. A algunas de ellas yo mismo les he pedido perdón de corazón, al cual ustedes se han unido en una sola voluntad y con el firme propósito de reparar los daños causados”.

El Papa agradece a los obispos chilenos en su misiva “la plena disponibilidad que cada uno ha manifestado para adherir y colaborar en todos aquellos cambios y resoluciones que tendremos que implementar en el corto, mediano y largo plazo, necesarias para restablecer la justicia y la comunión eclesial”.

En su declaración emitida este viernes 18 de mayo, los obispos chilenos aseguran que “estos días de honesto diálogo” han sido un hito dentro de un proceso de cambio profundo y manifiestan su deseo de “restablecer la justicia y contribuir a la reparación del daño causado”. “Queremos que el rostro del Señor vuelva a resplandecer en nuestra Iglesia y a ello nos comprometemos”, señalan.

Los obispos de Chile piden perdón por “el dolor causado a las víctimas, al Papa, al Pueblo de Dios y al país por nuestros graves errores y omisiones”. Asimismo, dan las gracias a “las víctimas, por su perseverancia y su valentía”, a pesar de las enormes dificultades que han debido afrontar, “tantas veces en medio de la incomprensión y los ataques de la propia comunidad eclesial”.

A continuación, la declaración de los obispos chilenos:

Después de tres días de encuentros con el Santo Padre, y de muchas horas dedicadas a la meditación y a la oración, siguiendo sus indicaciones, los Obispos de Chile deseamos comunicar lo siguiente:

En primer lugar, agradecemos al Papa Francisco por su escucha de padre y su corrección fraterna. Pero especialmente, queremos pedir perdón por el dolor causado a las víctimas, al Papa, al Pueblo de Dios y al país por nuestros graves errores y omisiones.

Gracias también a Mons. Scicluna y al Rev. Jordi Bertomeu por su dedicación pastoral y personal, así como por el esfuerzo invertido en las últimas semanas para intentar sanar las heridas de la sociedad y de la Iglesia de nuestro país.

Gracias a las víctimas, por su perseverancia y su valentía, a pesar de las enormes dificultades personales, espirituales, sociales y familiares que han debido afrontar, tantas veces en medio de la incomprensión y los ataques de la propia comunidad eclesial. Una vez más imploramos su perdón y su ayuda para seguir avanzando en el camino de la curación y cicatrización de las heridas.

En segundo lugar, queremos anunciar que todos los obispos presentes en Roma, por escrito, hemos puesto nuestros cargos en las manos del Santo Padre para que libremente decida con respecto a cada uno de nosotros.

Nos ponemos en camino, sabiendo que estos días de honesto diálogo han sido un hito dentro de un proceso de cambio profundo, conducido por el Papa Francisco. En comunión con él, queremos restablecer la justicia y contribuir a la reparación del daño causado, para reimpulsar la misión profética de la Iglesia en Chile, cuyo centro siempre debió estar en Cristo.

Queremos que el rostro del Señor vuelva a resplandecer en nuestra Iglesia y a ello nos comprometemos. Con humildad y esperanza les pedimos a todos que nos ayuden a recorrer este camino.

Siguiendo la recomendación del Santo Padre imploramos a Dios que en estas difíciles y esperanzadoras horas, nuestra Iglesia sea protegida por el Señor y la Virgen del Carmen.

Agencias