Sean Penn y una fuga en Santa Cruz

En diciembre de 2013, el actor ayudó a escapar de Bolivia a Jacob Ostreicher, empresario judío-estadunidense a quien las autoridades del país andino habían encarcelado por lavado de dinero y presuntos vínculos con el narcotráfico. En su momento el asunto generó mucho ruido mediático. Acabó con la “amistad” que Penn tenía con el mandatario boliviano, Evo Morales, y lo convirtió en “ofensor” y “enemigo de Bolivia”

9/02/2016 – México/ La Paz.- El encuentro entre Sean Penn y Joaquín Guzmán Loera, El Chapo, no es el único que el actor estadunidense ha tenido con un prófugo de la justicia. De hecho, contribuyó a que hubiera uno: en diciembre de 2013 ayudó a escapar de Bolivia a Jacob Ostreicher, empresario judío-estadunidense a quien las autoridades del país andino habían encarcelado por lavado de dinero y presuntos vínculos con el narcotráfico.
En su momento el asunto generó mucho ruido mediático. Acabó con la “amistad” que Penn tenía con el mandatario boliviano, Evo Morales, y lo convirtió en “ofensor” y “enemigo de Bolivia”. Y tensó más las ya malas relaciones entre La Paz y Washington.
Además de actor, Penn es un activista político decantado por las posiciones de izquierda. Públicos han sido sus acercamientos con los dirigentes latinoamericanos de esta tendencia y, particularmente, con el enfermo líder cubano Fidel Castro y el fallecido presidente venezolano Hugo Chávez. Fue Chávez precisamente quien lo presentó con Morales. La relación prosperó.

Cárcel y extorsión

En 2008 el empresario inmobiliario neoyorquino Jacob Ostreicher decidió invertir alrededor de 25 millones de dólares para cultivar arroz y explotar ganado en la rica región agrícola de Santa Cruz. Nadie le dijo que los cientos de hectáreas que había adquirido pertenecían a los hermanos Ozzie y Maximiliano Dorado, acusados de narcotráfico, lavado de dinero y homicidio.
Tres años después llegaron a Nueva York informes de que el negocio no marchaba bien y la administradora que había contratado lo estaba estafando. Ostreicher hizo maletas y se desplazó a Santa Cruz, donde comprobó que su empresa estaba en números rojos. Pero faltaba algo peor. El 3 de junio de 2011 fue aprehendido por las autoridades bolivianas bajo los cargos de presunto lavado de dinero y ganancias de procedencia ilícita, e internado en el penal de Palmasola.
Sus tierras fueron incautadas, se suspendió la actividad productiva y decenas de trabajadores fueron despedidos. En unos cuantos meses, 20 mil toneladas de arroz, cientos de cabezas de ganado, maquinaria y vehículos habían desaparecido, sin que las autoridades encargadas de su custodia dieran explicación alguna. La millonaria inversión de Ostreicher se había evaporado.
La fiscalía sin embargo nunca pudo probar las acusaciones ni formular cargos. El detenido, por su parte, denunció que era extorsionado por autoridades judiciales y gubernamentales, que le exigían 50 mil dólares para cerrar su caso y dejarlo en libertad. Desesperado por la situación, Ostreicher emprendió una huelga de hambre, que lo llevó a bajar de 87 a 44 kilos. Las autoridades carcelarias no tuvieron más opción que trasladarlo a una clínica privada.
Entonces el caso empezó a trascender el ámbito local. El Departamento de Estado, que sólo mantiene una relación a nivel de encargado de negocios con La Paz, pidió “un juicio justo, transparente y oportuno” para su ciudadano. Y, por ser judío ortodoxo, el Instituto Aleph de Florida, que ayuda a los judíos encarcelados en el mundo, empezó a interesarse por él.
La presión mediática e internacional empezó a rendir frutos. El 28 de noviembre de 2012 el ministro de Gobierno, Carlos Romero, dio a conocer una red de corrupción de al menos 13 personas –entre administradores de justicia, custodios y empleados gubernamentales– encabezada nada menos que por el director jurídico del propio ministerio, Fernando Rivera. Los involucrados no sólo serían responsables de la extorsión, sino también de la desaparición de los multimillonarios bienes de Ostreicher.

El “amigo Evo”

Entretanto el Instituto Aleph ya se había movilizado y contactado al actor y productor Mark Wahlberg, quien a su vez buscó a Penn para que intercediera por Ostreicher ante “su amigo Evo”.
El 12 de diciembre de 2012 Penn apareció en la clínica de Santa Cruz, donde el empresario todavía estaba internado, y en conferencia de prensa le pidió “al presidente Morales la inmediata liberación, exoneración y regreso seguro de Jacob a Estados Unidos”.
No obtuvo ninguna respuesta directa del mandatario pero, seis días después, el juez Eneas Gentile conmutó la pena de cárcel por la de arresto domiciliario en un barrio de Santa Cruz. Tanto durante su estancia en la clínica como en sus meses de arraigo, Penn consiguió, gracias a sus contactos en Caracas, que Ostreicher fuera custodiado por guardias venezolanos, ante el temor de represalias por parte de los extorsionadores.
Tres fueron las veces que el actor viajó a Bolivia para solicitar la liberación, pero las respuestas de Morales siempre fueron evasivas. El proceso contra Ostreicher se estancó. Según su defensor, Jimmy Montaño, había pedido el sobreseimiento de la causa por falta de pruebas, pero la fiscalía no se pronunció en ningún sentido.
En mayo de 2013, durante una intervención ante el Subcomité de Derechos Humanos de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, junto al contratista Alan Gross, entonces preso en Cuba por cargos de espionaje, el actor se refirió al caso de Ostreicher y pidió a los representantes de su país “dar un gran giro diplomático” hacia países como Bolivia, Cuba y Venezuela.
A continuación, sin embargo, Penn hizo a los miembros del Congreso una solicitud sorprendente: que pidieran a las empresas patrocinadoras del Rally de Dakar, que en su edición de 2014 pasaría por primera vez por Bolivia, que condicionaran su apoyo a la liberación de Ostreicher. “Esta presión internacional puede ser exactamente lo que necesita el presidente Morales para finalmente extirpar el cáncer maligno de la corrupción que está matando al sistema judicial boliviano y perjudicando a miles de inocentes como Jacob”, sostuvo.
Cortada la comunicación entre Penn y las autoridades bolivianas, no se volvió a saber nada de Ostreicher hasta el 17 de diciembre de 2013, cuando el gobierno de La Paz confirmó que dos días antes el reo se había fugado por alguno de los 17 puntos fronterizos con Perú, desde donde había tomado un avión de LAN Chile para regresar a Estados Unidos.

Lucía Luna y Jean Paul Guzmán/Proceso