Se niegan a dejar las armas; el talón de Aquiles de EU

11/11/2017 -Cada hora las armas de fuego se usan en Estados Unidos para cometer un homicidio, dos suicidios, dos muertes accidentales y dejan cerca de siete heridos, muchos de ellos lisiados. Esto es cada 60 minutos.

Aunque las cifras pueden parecer dramáticas al leerse, los estadunidenses nunca han cedido al control de las armas de fuego, al que imponen la Segunda Enmienda constitucional: el derecho a portar armas.

En un año once mil 315 personas son asesinadas en Estados Unidos con armas de fuego, y por lo menos otras 55 mil terminan hospitalizadas de emergencia, heridas con ese mismo tipo de armas, de acuerdo con cifras de la Campaña nacional Brady, que busca despertar conciencia sobre el uso de armas letales.

La lista incluye anualmente 20 mil suicidios y unas 16 mil 800 muertes accidentales.

Mueren en total más de 48 mil personas y las que resultan heridas superan las 55 mil víctimas, tanto por accidentes como por toda clase de violencia. El slogan de la Campaña Brady es “ahora es el momento”, de cuestionar el uso de armas de fuego y regularlo.

Pero el mismo slogan resurge cada vez que ocurre una masacre como la de 26 personas en una pequeña iglesia en un pequeño poblado texano, a donde un exmilitar armado fue a buscar a su suegra para quitarle la vida, pero terminó por matar familias, niños, y otras personas que nada tenían que ver con sus resentimientos personales.

Apenas unas semanas antes, el slogan se empleó cuando el primero de octubre un multihomicida mató en un concierto en Las Vegas a 58 personas antes de suicidarse e hirió a 546 asistentes al evento.

Oficialmente la Casa Blanca declaró que por el tiroteo en Las Vegas era momento de duelo y no de debatir el uso de armas de fuego. Aunque pasado el duelo quedó sin debatirse. Hasta que ocurrió la matanza en Texas, pero lejos de cuestionar el uso de armas, la oficina presidencial atribuyó el atentado al trastorno de un solo individuo.

Pero como ha ocurrido en ocasiones anteriores después de tiroteos, los estadunidenses optan por la opción de armarse más, de una forma aparentemente preventiva para impedir que los tiroteos vuelvan a ocurrir.

En el mismo poblado donde ocurrió la matanza en Texas el fin de semana, en Sutherland Springs, el pastor de otra congregación, Jaime Chapa, dijo a una televisora local que desde ahora rotará entre sus feligreses el encargo de que tres de ellos estén presentes y armados todo el tiempo.

Hay otro pastor en la misma área de San Antonio, el expolicía Lupe Garza, quien dijo a Univisión que frecuentemente le solicitan en iglesias sus servicios como asesor de seguridad, para establecer entre feligreses armados sistemas de vigilancia.

La tendencia de adquirir más armas tras estos ataques se basa en la Enmienda constitucional. La Segunda Enmienda dice que concede a “una milicia bien regulada, necesaria para la seguridad de un Estado libre, el derecho de las personas a mantener y portar armas, (derecho que) no será infringido”.

Desde que la enmienda se promulgó, el 15 de septiembre de 1791, el debate ha girado en torno a interpretaciones del texto, pero sin cuestionar el uso de las armas de fuego.

El senador Bernie Sanders dijo que “cuando nuestros próceres escribieron la segunda enmienda, las armas se disparaban a un tiro por minuto; hoy los rifles (de asalto) tienen un ritmo promedio de más de 600 disparos por minuto. Quizás es momento de dejar de usar una ley del siglo 18 para regular armas del siglo 21”.

Pero la enmienda y el aprovechamiento que hace de ella la poderosa y conservadora Asociación Nacional del Rifle (NRA) ha formado una tendencia posiblemente imparable en la posesión de armas de fuego.

Los estadunidenses son el cuatro por ciento de la población en el planeta, pero tienen el 42 por ciento de todas las armas de fuego que hay en el mundo, de acuerdo con un reporte del 2015 de la Universidad de Alabama.

El 30 por ciento de los estadunidenses posee armas de fuego, pero el 42 por ciento vive en hogares donde se encuentran esas armas, indicó por su parte un reporte de este mes del Centro Nacional de Investigaciones Pew.

El 48 por ciento de encuestados dijo al Pew que creció en el seno de una familia que tenía armas de fuego y el 70 por ciento de los consultados respondió que ha disparado armas de fuego, aunque no todos ellos son propietarios de armas.

Un reportaje que publicó The New York Times concluye que “la única variable que puede explicar el alto índice de tiroteos masivos en Estados Unidos es la cantidad estratosférica de armas”. Pero después de la matanza en Texas, la respuesta de la NRA, de la bancada republicana y del presidente Donald Trump son variables sobre una misma tendencia: tras el tiroteo hay que armarse aún más con la idea de que el uso cada vez más generalizado de armas de fuego sirviera para persuadir a potenciales atacantes que se abstuvieran de realizar nuevos tiroteos.

En ese sentido el presidente Trump argumentó que fue un ciudadano armado quien disparó al autor del ataque en la iglesia en Texas.

De otra forma, declaró el mandatario, “en vez de 26 muertos, tendrían cientos de muertos”.

Por su parte, la bancada demócrata va a tratar de aprovechar las recientes masacres en Las Vegas y las inmediaciones de San Antonio para avanzar en la regulación de armas de fuego y tiene a su favor que el atacante, Kelley, enfrentaba cargos por agresión conyugal a los que no se le dieron seguimiento, pues de otra forma le habrían impedido adquirir armas.

La senadora Dianne Feinstein de California aprovechó para volver a presentar esta semana con apoyo de otros 23 senadores demócratas una propuesta para prohibir la venta al público de fusiles de asalto.

La senadora declaró que “después de cada tiroteo nos dicen que no es el momento adecuado para actuar. Se nos dice que respetemos a las víctimas sentándonos en nuestras manos. Para aquellos que dicen que no es el momento, tienen razón, deberíamos haber extendido la prohibición original hace 13 años, antes de que cientos más de estadunidenses fueran asesinados con estas armas de guerra”.

La senadora Elizabeth Warren cuestionó que “¿cuántos niños deben morir a causa de la violencia con armas de fuego en áreas de juego y calles todos los días sin atención alguna antes de que nos despertemos con lo que está sucediendo?”.

La presidenta de la minoría demócrata en la cámara de representantes, Nancy Pelosi, declaró que “mientras lamentamos vidas que fueron cruelmente truncadas, hoy debemos decidir denunciar todas las formas de odio y violencia y expulsarlos de nuestras comunidades y nuestra nación”.

Los republicanos acusaron a los demócratas de tratar de aprovecharse de la tragedia para avanzar en su agenda electoral. A lo que uno de los congresistas más combativos de California, Ted Liu, declaró que “pues que se amuele la NRA y que esto sirva a los demócratas para recuperar el Congreso”.

Agencias