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13/11/18.-Luego del enfrentamiento armado entre policías comunitarios e integrantes de un grupo delictivo ocurrido el pasado domingo en la comunidad de Filo de Caballos en la sierra de Guerrero, mil 600 personas de ocho localidades abandonaron sus hogares y se refugiaron en la cancha de usos múltiples del municipio de Leonardo Bravo.
Las familias huyeron entre el domingo y el lunes, algunas caminando y otras en coche lograron salir de la zona de violencia abandonando hasta a sus seres queridos.
«Quiero ver a mi papá, no sé quién lo está atendiendo. Tiene 93 años mi papá, ahí lo dejé solito porque no pude sacarlo de la carretera, porque mi sobrino sacó a mi mamá y la subimos a un carro que estaba pasando, porque venía así la gente, corriendo como locos, a la una de la tarde”, dijo una de las desplazadas.
Según las autoridades municipales un tercio de los desplazados son niños.
Todos están agrupados en la cancha municipal, pero a diferencia de otros migrantes forzados por la violencia en Guerrero, ellos sí quieren regresar a sus casas, aseguró el alcalde de Leonardo Bravo, quien es originario de una de las comunidades tomadas por los policías comunitarios.
«Que yo voy a tratar de meter a la gente a sus pueblos, y si algo pasa pues ahí el que salga responsable que salga responsable. Porque no podemos andar corriendo ‘pa allá y ‘pa acá, y nadie nos puede venir a sacar, por eso tenemos gobierno, militar, estatal; y si alguien la debe pues que la pague, pero no tenemos porque otra gente extraña nos ande sacando de nuestras propias casas”, afirmó Ismael Cástulo Guzmán, alcalde de Leonardo Bravo.
Los desplazados aseguran que los policías comunitarios obedecen a intereses de grupos delictivos quienes ya no buscan controlar la producción de amapola, cuyo precio cayó más de 90 por ciento en los últimos meses y ha dejado de ser un negocio para sembradores y traficantes, sino que el objetivo son las empresas mineras.
«Quién controla las mineras de Carrizalillo y Mezcala. Los grupos delictivos que operan en la zona de Carrizalillo, de Mezcala, y quién está al mando, Onésimo Marquina Chapa está al frente de todo este pedo. No descartamos la situación que estamos viviendo en Chichihualco. Si de veras se quieren morir que se maten, que se vayan a cerro y que se desmadren. Isaac, Rafael, Onésimo, ‘El Teniente’, que se maten, que se acaben, y los pobladores por qué”, aseguró Crescencio Pacheco González, desplazado.
Indicaron que no quieren que las autoridades los doten de despensas y colchonetas, sino que exigen regresar a sus casas, de lo contrario, advirtieron que el tiempo que duren desplazados se establecerán en el Palacio de Gobierno de Guerrero.
Agencias
