Rechazan y restringen en refugios a migrantes

Mientras en la ciudad de Matamoros cada día cada vez son más los migrantes que son devueltos desde la ciudad de Brownsville después de tener su cita para solicitar asilo en Estados Unidos y muchos empiezan a quedarse sin un lugar dónde vivir y esperar su nueva cita, el personal del Instituto Nacional de Migración (INM) y del Grupo Beta les asegura a los migrantes y a los agentes de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) que en este municipio hay refugios para albergar y asistir a los extranjeros, cuando no los hay.
Extranjeros en el Puente Internacional Puerta México que ya pasaron a su cita y a quienes ya los regresaron para esperar entre dos y tres meses una nueva audiencia mientras se resuelven sus casos en los tribunales de inmigración estadounidenses, denunciaron que no hay quién los reciba en un refugio.

Mientras que personal del INM les dice que los van a llevar y que pueden dirigirse a la Casa del Migrante “San Juan Diego y San Francisco de Asís”, Casa Bugambilias o a la Iglesia “Viento Recio”, en estos lugares son rechazados y ya no reciben migrantes, excepto en la Casa del Migrante, en donde el espacio es mínimo y muy limitado y en donde aloja solo a algunos, pero solo tres días, y en su mayoría a personas mexicanas que son deportadas.
En “Viento Recio” el pastor Víctor Barrientos manifestó que ya no reciben migrantes, lo cual lo confirmaron algunos extranjeros que se quedaban en esa iglesia y que ahora tienen que dormir en la plaza contigua a las oficinas del Grupo Beta en el Puente Internacional Puerta México.

Ya no albergan en Casa Bugambilias

Para conocer el número de personas albergadas en el otro refugio, este medio informativo visitó ayer la Casa Bugambilias que se ubica en la colonia Derechos Humanos -en la calle 6 de Marzo, entre de 9 de Marzo y Diagonal Amistad-, desde donde la encargada de ese lugar, María Esther Garza, confirmó que ya no reciben gente, solo tienen 17 migrantes de 20 que tienen autorizados atender en esta casa en donde tienen una capacidad para 100 personas.

INM no les deja dar información

“Ya no estoy recibiendo gente, es que no le puedo dar información, es lo que me pide Migración -el Instituto Nacional de Migración (INM)-, ahorita le acabo de pasar la información a Migración, le acabo de pasar toda la información a Isac, él está ahora en Repatriación Humana, en la parte de abajo”, dijo ayer María Esther Garza.
“Si yo doy información a mi vienen y me llaman la atención porque no podemos pasar información, solo si puedo decir que tenemos 17 personas”, dijo la encargada de Casa Bugambilias.
Comentó que las personas que tienen son los que tenían, los que se fueron y regresaron de su cita de asilo.
Al ser cuestionada sobre, si este lugar es de una iglesia y sobre cómo se sustentan, dijo: “Es información que no puedo decir porque no estoy autorizada”.
“Desafortunadamente no les puedo dar información, necesito un permiso de Migración para poderles informar”, dijo.
Especificó que en Casa Bugambilias no pueden recibir migrantes sin autorización del INM, “Migración tiene que venir directamente a traerlos aquí, porque así nos quitamos nosotros muchos problemas por si llega a pasar algo con ellos -los migrantes- a quién le vamos a reclamar, a quién recurrimos”, comentó Esther Garza.

Batallan para mantenerlos

La responsable de la Casa Bugambilias dijo desde hace dos semanas que ya no los reciben, “porque sí batallamos con las cuestiones para alimentarlos”, aunque aseguró también que también, “porque tanto mi jefe como su esposa están delicados de salud, entonces ellos no pueden estar aquí, es por eso, porque ellos quieren estar al pendiente y no pueden estar y no los pueden atender”.
“Es que como el matrimonio encargado de aquí, los dos están enfermos, el señor Larry Cox tenía neumonía y la doctora Nancy Rodríguez estaba delicada de salud, hasta que ellos no estén un poco mejor de salud regresamos otra vez a la rutina”, aseguró la encargada de Casa Bugambilias.
Recalcó que ya no reciben a más extranjeros porque, “el problema es que ellos -los directores- no pueden estar aquí, como cualquier negocio, cualquier empresa, hay dificultades por cualquier cosa, y no les podemos decir pasó esto o el otro, no podemos estarlos preocupando o mortificando de todo lo que pasa aquí”.

El convenio

La encargada de ese lugar que se creó hace 15 años para tender a personas con enfermedades crónico degenerativas -que no tienen dónde vivir, y que necesitan llevar un tratamiento médico, y que no los pueden tener porque no tienen trabajo-, dijo que empezaron a recibir migrantes “porque hubo un acuerdo entre Gobernación y los directores de aquí”.
Al se cuestionada sobre si ese convenio implicaba dinero, María Esther Garza contestó: “Fuera bueno”.