Rechazan ayuda grupo de migrantes

H. Matamoros, Tam.- En una jornada dramática, de caos, desesperación y confusión ayer en el Puente Internacional “Puerta México” se evidenció una crisis humanitaria migratoria en la ciudad de Matamoros que ya rebasa a las autoridades por la devolución diaria de Estados Unidos de un promedio de casi 100 solicitantes de asilo que se suman a los cerca de 700 hombres, mujeres, niños y bebés que actualmente duermen en casas de campaña, o a la intemperie, en el suelo, y sin la asistencia alimentaria y médica desde que el gobierno estadounidense aplica en Brownsville los “Protocolos de Protección a Migrantes” (MPP).
Con las instalaciones federales de este cruce internacional saturadas, desde la mañana agrupaciones de ayuda locales y de la ciudad de Brownsville, en medio del desorden por los estragos de las lluvias que se registran desde el lunes, intentaban establecer orden y entregarles alimentos y agua, a una multitud de extranjeros que hacen denuncias ya generalizadas del abandono, la discriminación y el maltrato que reciben de las autoridades migratorias.

Panorama caótico
En medio de una escenario caótico, sin un solo elemento del Grupo Beta “Protección a Migrantes”, un reducido grupo de elementos del INM y de la Guardia Nacional después de las 5:30 p.m. contemplaban los esfuerzos desesperados de representantes de la Pastoral de Movilidad Humana de la diócesis de Matamoros, así como de una asociación civil, quienes intentaban convencer a una multitud de migrantes a que abordaran dos de los siete camiones de la Secretaría de Educación, Cultura y Deporte Municipal para trasladarlos a un refugio temporal en el Centro Deportivo “Ing. Eduardo Chávez” y resguardarlos hasta pasar los pronósticos de lluvia en la ciudad.
El coordinador de la Pastoral de Movilidad Humana en el Módulo del Migrante en la Central de Autobuses, Juan Antonio Sierra Vargas, advirtió ayer que en Matamoros la situación migratoria cada vez es más desafiante y compleja por los solicitantes de asilo que se acumulan a diario, y quienes tienen miedo de abandonar las instalaciones federales de este cruce internacional por sentirse expuestos a la inseguridad en una ciudad que no conocen.
“La lluvia para nosotros no es un problema después de todo lo que pasamos para llegar hasta aquí -a la frontera norte de México-, y hoy, hasta ahora nos quieren llevar a un refugio cuando tenemos mucho tiempo de necesitarlos, yo de aquí no me muevo”, dijo Yudelmis, una de las muchas mujeres extranjeras que no quisieron trasladarse al refugio.
Como ella, la mayoría de los migrantes prefirieron quedarse en las casas de campaña a soportar la lluvia, por la desconfianza a las autoridades de Migración y por el temor a que después de que pasen las lluvias, no los regresen al Puente Internacional.
Después de las 9:30 de la noche, 221 extranjeros de cerca de 700 -que acampan a la intemperie en el cruce fronterizo- ya estaban registrados en el albergue de la Alberca «Chávez».