Presunto pacto AMLO-Peña Nieto;

26/11/2018 – “Es un guion que pactaron para sus decisiones: el repliegue de Peña Nieto está pactado, el despegue de Andrés Manuel está pactado, la amnistía está pactada. Peña Nieto se podrá ir sin ningún problema y su gabinete también. El presidente podrá tomar sus decisiones. No le han puesto ni un obstáculo del tamaño de una canica. Nada. Todo camina. El fraseo con el presidente: ‘Es un demócrata, es respetuoso de la ley, el país está muy bien’. Todo pactaron con guion.”

CIUDAD DE MÉXICO.- La amnistía de Andrés Manuel López Obrador a Enrique Peña Nieto y a los funcionarios de su gobierno para no ser investigados por corrupción es producto de un pacto entre ambos, y el operador para concretarlo fue el canciller Luis Videgaray, asegura Carlos Navarrete, expresidente del PRD.
Ese acuerdo se formalizó en plena campaña electoral en una reunión entre López Obrador y Videgaray, previo al segundo debate de los candidatos presidenciales, el 20 de mayo, precisa Navarrete y afirma que a eso obedece la “transición de terciopelo” tras las elecciones y que incluye la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) en Texcoco.

El repliegue está pactado
“Es un guion que pactaron para sus decisiones: el repliegue de Peña Nieto está pactado, el despegue de Andrés Manuel está pactado, la amnistía está pactada. Peña Nieto se podrá ir sin ningún problema y su gabinete también. El presidente podrá tomar sus decisiones. No le han puesto ni un obstáculo del tamaño de una canica. Nada. Todo camina. El fraseo con el presidente: ‘Es un demócrata, es respetuoso de la ley, el país está muy bien’. Todo pactaron con guion.”
–¿Incluyendo la cancelación del aeropuerto?
–Incluyendo el aeropuerto: “Esa es tu decisión, presidente”.
En entrevista con Proceso, el 29 de octubre y el viernes 23, el exsenador no revela sus fuentes, pero garantiza que Videgaray aconsejó a Peña actuar igual que ante el inminente triunfo de Donald Trump, porque el candidato priista, José Antonio Meade, no le ganaría a López Obrador.
“Videgaray le dice: ‘Presidente, va a ganar (López Obrador). Así como te dije que iba a ganar Trump y que había que platicar, te digo que va a ganar Andrés.’ Y platicó. Por eso la transición de terciopelo.”
–¿Lo sabe usted de cierto?
–Por supuesto. No te puedo decir las fuentes.
–¿Pero cómo fue la negociación?
–Videgaray y Andrés.
–¿Se reunieron ­personalmente?
–Sí. Videgaray, que es un témpano para tomar decisiones, le dijo al presidente: “No hay forma. La tendencia es imparable y con el nuestro no hay forma”.
Precisa: “Estamos hablando de antes del segundo debate. Ya Andrés había mandado tres mensajes antes sobre la amnistía, sobre el borrón y cuenta nueva y no había tenido respuesta en Los Pinos. Les dijo en un discurso, se los dijo en Acapulco con empresarios. Y Peña Nieto decía: ‘Quién sabe’”.
Además del crecimiento de López Obrador y el estancamiento de Meade, otro elemento que gravitó para la consecución del acuerdo fue la amenaza que lanzó Anaya, el 5 de marzo, de encarcelar a Peña si se comprobaba que había cometido graves actos de corrupción y que para ello crearía una comisión de la verdad.
“Ese fue el último elemento que los convenció”, subraya Navarrete, a quien sus fuentes del gobierno le recordaron que, hacia el segundo debate de los candidatos presidenciales, en Tijuana, todas las encuestas marcaban una amplia ventaja para López Obrador.

Cancelación del NAIM
Miembro de la corriente Nueva Izquierda del PRD, que encabeza Jesús Ortega, y uno de los artífices de la alianza con Anaya y el PAN, Navarrete insiste en que incluso la cancelación del NAIM forma parte del pacto de López Obrador con Peña.
–¿Aunque sea la obra emblema de Peña?
–Es preferible la tranquilidad.
–¿La impunidad?
–Impunidad. El borrón y cuenta nueva es en serio. Es en serio.
Navarrete asegura que él se enteró de este acuerdo a finales de julio, pasada la elección, en una comida con “un alto funcionario del gobierno” de Peña, cuya identidad se comprometió a no revelar.
El primer punto del acuerdo, según él, fue la petición de López Obrador a Peña de no intervenir en la elección, como lo hizo Vicente Fox en la de 2006 para imponer a Felipe Calderón: “Desde Los Pinos”, recuerda Navarrete, “habían operado con gobernadores, con medios, con guerra sucia, con recursos, con todo”.
El segundo punto, añade, fue que reconociera su triunfo de inmediato para evitar un conflicto poselectoral y el tercero, una transición estable, de julio a diciembre, para asumir decisiones antes de tomar posesión.

Cacería de brujas
“Para la contraparte (de Peña) no fue menor el acuerdo: ‘No te preocupes: no habrá una cacería de brujas ni habrá fincamiento de responsabilidades. A partir del 1 de diciembre empieza una nueva etapa’.”
Y aclara: “Por cierto, nada diferente a lo que le había dicho Andrés públicamente. En esa materia hay que reconocer que ha sido bastante transparente. No es un acuerdo soterrado, no; se los mandó decir públicamente. Y después lo concretó en marzo y el contacto se mantuvo con él permanentemente.
“¿Qué ocurre ahora? Todo es perfectamente lógico con un acuerdo de esa naturaleza: El aeropuerto, lo de Javier Duarte, que es un chivo expiatorio, lo de Rosario Robles, que es cosa secundaria. Son señales para Peña: ‘Yo voy a cumplir el acuerdo’. Eso es lo que yo conozco.”
–¿Qué revela este acuerdo si López Obrador lo ofreció públicamente y lo está cumpliendo?
–Revela una decisión política: Llegar al poder mediante un acuerdo con el viejo régimen. Y a partir de la llegada, intentar instaurar un nuevo régimen con todo el poder concentrado en sus manos, sin obstáculos de los personeros perdonados mediante un acuerdo de impunidad.
–Pero también Anaya quiso pactar con Peña.
–Nunca prosperó ese intento. Nunca hubo interlocución, nunca hubo operadores, nunca hubo apertura.
La “amnistía anticipada” la ofreció López Obrador en 2016, en una conferencia que pronunció ante empresarios en Acapulco, y también la planteó por escrito, desde 2010, en su libro La mafia que se adueñó de México… y el 2012.
El “pacto de impunidad” con Peña fue una imputación que hizo el excandidato presidencial Anaya a López Obrador, quien desde el año pasado aseguró que un grupo de magnates, encabezados por Claudio X. González, le pidió al presidente cerrarle el paso.

“Amnistía” desde 2010
Medio año antes, el 11 de agosto de 2016, López Obrador ofreció, de manera inequívoca, una “amnistía anticipada” al “grupo en el poder”, en el mensaje que pronunció al participar en el ciclo de conferencias “Era Familiar Princess 2016”, en Acapulco, en el que participaron también, por separado, Margarita Zavala y Carlos Salinas.
“Les decimos a los integrantes del grupo en el poder que, a pesar del gran daño que le han causado al pueblo y a la nación, no les guardamos ningún rencor y les aseguramos que, ante su posible derrota en 2018, no habrá represalias o persecución para nadie.”
En una ponencia de 18 cuartillas denominada “Cambio y porvenir de México (una visión hacia el 2018)”, López Obrador recordó que en 2006 ofreció también una amnistía a la “mafia del poder”.
En su mencionado libro incluyó un capítulo para plantear a los integrantes de la oligarquía que, de ganar, no habría represalias: “Declaramos esta amnistía anticipada”, escribió, “porque lo que se necesita es justicia, no venganza”.