Por inseguridad la Secundaria General número Uno requiere mayor vigilancia

11/01/2017 – Los alumnos de la Secundaria General número Uno “Juan José de la Garza” enfrentan condiciones de inseguridad durante las horas de entrada en el turno matutino y salida del vespertino, por la falta de vigilancia en los alrededores del plantel.
La directora de esa institución educativa, Griselda Guillén de la Fuente, explicó que durante el invierno amanece más tarde y obscurece más temprano, por lo cual a los jóvenes les toca caminar por zonas poco iluminadas, lo que ya ha suscitado que principalmente las alumnas sean víctimas de incidentes.
“Me dicen que les ha pasado por el Estadio Municipal y por la Lauro Villar, que han tenido problemas con gente que las sigue, aquí vienen preocupados los papás y las niñas llegan asustadas”, comentó.

Rondines
La Secundaria General número Uno se encuentra enclavada en la colonia Alianza sobre la avenida del Maestro y recibe a jóvenes que viven en el sector aledaño, como son las colonias Praxedis Balboa, La Aurora y Lucero.
“Indudablemente se necesita más vigilancia porque es una escuela muy grande, tenemos muchos alumnos, alrededor de mil 200 entre los dos turnos”, precisó la directora.
La hora de entrada en el turno matutino es a las siete de la mañana, pero se pide a los padres de familia dejar a sus hijos por lo menos a las 6:45 frente al portón para evitar que lleguen tarde. Para la salida del turno vespertino únicamente se permite a los alumnos retirarse hasta las 7:40 de la tarde.
En afirmaciones de la profesora Griselda Guillén de la Fuente la presencia de autoridades o corporaciones de seguridad en las calles cercanas al plantel es necesaria para brindar protección a los estudiantes.
“Aunque no se queden aquí de planta, nos ayudaría que estén dando rondines solamente”, subrayó.

Acompañados
Por su parte, Cristal Rodríguez, madre de familia de una alumna de la Secundaria Uno, opinó que sí hace falta mayor vigilancia, en especial porque muchos jóvenes no pueden ser acompañados por sus padres cuando el cielo está obscuro.
“Gracias a Dios yo sí tengo tiempo para traer a mi hija a la escuela, pero hay muchos papás que trabajan y no pueden venir, entonces esos muchachos tienen que caminar y a veces no funcionan las lámparas, así que es muy peligroso que algo les pueda pasar”, manifestó.

Agencias