Pese a amenazas realizan el performance “Violador en tu camino”

A pesar de las críticas, burlas y una velada amenaza de muerte para las asistentes a la grabación del performance «Un violador en tu camino», que recibieron a través de las redes sociales para desalentar participación en la plaza, más de medio centenar estuvieron en el evento.

Asistencia
Irene Martínez, una de las organizadoras, expresó su gratitud con las mujeres -y muchos varones que las acompañaron- que se integraron a la coreografía para filmar el también llamado himno feminista, pues a pesar del miedo y de los prejuicios, allí estuvieron.
Esto fue en la plaza Miguel Hidalgo y Costilla, donde desde las 16:00 horas comenzaron el ensayo, para que todo saliera mejor, puesto que las asistentes llegaron sin previo acuerdo, solo por el deseo de expresar su insatisfacción por la violencia en las calles, la indolencia de las autoridades y mala praxis en aplicación de la ley en el sistema judicial mexicano.

Temor
“Nosotros hicimos la convocatoria en la red, pero muchas personas se desanimaron porque nos hacían muchas burlas, había críticas y aparte amenazas, una fue que a las que vinieran las iban a matar”, explica la principal organizadora.
Pero la valentía de las mujeres, de edad diversa, permitió que más de 50 se reunieran para cumplir, muchas a nombre de terceras, que han sido víctimas del delito de violación, feminicidio, violencia doméstica y otros.
“Por la señora asesinada en el dren de la colonia Obrera”; “8 de dic. Diana Álvarez”; “Por Laura Santillán”, citaban en las cartulinas, en remembranza de las víctimas.

Ajustes
El texto fue modificado del original, creado en Chile por el grupo musical Las Tesis, pues en vez de carabineros decían policías; se incluyó la frase “Desde Matamoros hasta la Patagonia”.
En la frontera norte no hubo discriminación del hombre, por el contrario, varias damas llegaron acompañadas del marido, novio o amigo, porque pese a todo había tensión por las amenazas. De hecho, el tambor, la grabación y apoyo musical estuvo a cargo de varones.
La mayoría de los periodistas eran hombres pero no fueron conminados a retirarse. Hubo respeto ante todo.

Símbolos
“Y la culpa no era mía, ni dónde estaba ni cómo vestía”, corean, en alusión que ni la ropa, por atrevida que sea, ni el lugar, dan pie al abuso por parte del hombre.
Es por ello que filman con ropa casual, sexi o incluso de cama, se vendan los ojos para mostrar su vulnerabilidad en las calles y la falta de visión de la justicia. Emplean una pañoleta verde para demostrar que ya no están calladas, y hacen sentadillas para recordar que en Chile, nación de origen del canto, a las detenidas las desnudan y las obligan a permanecer en esa posición.