ORBE

Ma. Teresa Medina Marroquín

02/07/2018

Con quien la democracia haya elegido

Los partidos políticos y la sociedad en su conjunto han alzado su voz constantemente respecto a que la democracia es el mejor sistema de gobierno que el país puede tener.
Desafortunadamente hoy lunes y el resto de los días de este mes de julio, como mínimo, el país sorteará una oleada de protestas, incluyendo las violentas.
Algunos sectores llegarán a los extremos de acusar que el proceso electoral es sospechoso de haber elegido al ganador de las tendencias o conteo rápido, así como de discrepar y oponerse al Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP).
Otros acusarán que el Instituto Nacional Electoral (INE) se coludió con las mafias del poder para favorecer a tal o cual candidato, proclamándolo victorioso para ocupar el cargo de presidente de la República.
Acusarán, por si fuera poco, que las autoridades electorales habrían tramado un triunfo mediante la alquimia cibernética:
Esto es, la famosa (y al mismo tiempo clandestina) “reserva” del 3 por ciento que el INE tiene, en lo más recóndito de las entrañas de su sistema, para beneficiar al candidato sobre el que haya “línea” de hacerlo ganador.
Estamos hablando del mentado “algoritmo” que supuestamente echaron a andar desde el 2006 con Felipe Calderón y que en 2012 llevó también a Los Pinos a Enrique Peña Nieto.
El problema de este “algoritmo” es que nadie, ni la gente más importante e inteligente de la oposición de esas elecciones pudieron comprobar su existencia.
Resumen:
¿No se acatará el conteo del INE basado en que las elecciones, tanto presidencial como las que eligieron gobernadores, senadores, alcaldes, diputados federales y otros cargos más, fueron realizadas y controladas directamente por la ciudadanía?
Eso podría estar sucediendo en estos momentos en todo el país cuando usted, querido lector, nos haga el favor de leernos.
Bajo este contexto, la síntesis se reduce a que cuando el ganador es el favorito de equis partido, entonces no hay problema y todo está más que bien.
Pero… ¡cuidado cuando pasa lo contrario! Es decir, cuando los que triunfan no son los gallos o las gallinas del partido protestante.
Ahí entonces la costosa democracia y su gigantesca parafernalia nacional se convierten en un sistema sometido a la protesta o por lo menos a la sospecha de diversos grupos políticos que no aceptan los resultados que ellos mismos acordaron y validaron, desde las reglas pactadas en tiempo y forma por sus representantes en todos los institutos electorales, como en el propio INE.

MÉXICO NO PUEDE ESTANCARSE
Muchos políticos y destacados líderes de opinión han expresado que México no merece suspender su rumbo social y económico, por causa de aquellos que inconformes por los resultados son capaces de provocar grandes y riesgosas manifestaciones de protesta.
Sus pronunciamientos son más bien en el sentido de que trabajarán con quienes la democracia haya elegido en los diferentes cargos de elección popular.
Yo no creo que esto tenga que ser tomado como un vulgar pragmatismo; más bien supone que el pueblo de México y sus instituciones no pueden estancar su marcha sólo porque las elecciones no coinciden con la agenda de los derrotados.
Es así que gane quien gane en las tantas elecciones celebradas ayer domingo, todos deberemos ceñirnos a sus resultados, salvo que surjan evidencias claras y contundentes que señalen fraudes electorales.
De lo contrario, el país estará siempre inmerso en una democracia en permanente construcción y comicios supeditados a desaprobaciones, correcciones y a interpretaciones diversas, como si el tiempo y el esfuerzo admirable de los ciudadanos que participan en estos relevantes actos cívicos, en calidad de funcionarios de casillas, no contaran para nada.
Concluyo mi colaboración de hoy con la siguiente reflexión: Nunca, al menos la generación de la que formo parte, había sido testigo de tantos esfuerzos a contar con una democracia de primer mundo.
Y sepa usted que se ha logrado y sus resultados no tienen parangón alguno en la historia del país. Así pues, México no puede detener su marcha, sobre todo cuando la pobreza y el desarrollo social y económico esperan soluciones urgentes e inmediatas.
¡Excelente inicio de semana!