ORBE

Ma. Teresa Medina

27/11/17

Ya todos son unos desconocidos

Los tamaulipecos como la mayor parte de los mexicanos lejos de acercarse gustosa e interesadamente a la democracia tan propalada y costosa, se alejan de ella despavoridos.
Ya no se trata sólo de un ensordecedor ruido nacional donde ya es difícil saber quién es quién, empezando por un grupo cada vez más creciente de personajes alejados del PRI, de senadores del PAN opositores a Ricardo Anaya, y de políticos independientes incapaces de sacar a nadie de su monotonía.
Semejante fenómeno que a cualquiera le merma su capacidad de raciocinio se complica por el final de un sexenio federal tan gravemente señalado, cuya política nunca pudo (o nunca quiso) reaccionar ante esa terrible y delirante atmósfera de corrupción, miseria y violencia.
Por lo que se refiere a ese partido llamado Morena, del que muchos de sus seguidores han pasado del regocijo al desánimo total causado por Andrés Manuel López Obrador, evidentemente ya se quedó atrapado en una de las grietas de su fraseología amañada hasta el infinito y ajena a la realidad.
Tanto es así que en Tamaulipas se duda que los personajes alistados a esta organización (que ya no puede darse tantos baños de pureza) logren obtener posiciones relevantes.
Gente como Américo Villarreal Anaya, Eduardo Gattas Báez, Héctor Garza González y Adrián Oceguera Kernion, citando unos cuantos medianamente mencionados (y de súbito cien por ciento “nuevos izquierdistas”), no sólo no trascienden en el actual ámbito político sino que ni siquiera son considerados en las encuestas verdaderas.
Ahí está el caso del ex diputado priísta Erasmo González Robledo que ruega a la ciudadanía ser tomado en cuenta en esos sondeos. Vaya que a eso se le llama desesperación por el “hueso”.
Porque ciertamente a toda esta gente no se le oye hablar de ningún replanteamiento nacional.
Y esa es precisamente la doble moral de López Obrador al juzgar a priístas y panistas.
A los tricolores los tachó de rateros y a los panistas de ladrones. De ese modo el tabasqueño se “autocanonizó”, pues si él es político y tiene una trayectoria “inmaculada”, cosa que obviamente ya nadie le cree a este pobre hombre, se convierte entonces en la nueva “conciencia crítica” de esta nación.
Pero, por más que desee ocultar su desmedida ambición de poder, el presidente de Morena no puede controlar sus impulsos. Y cómo habría de poder hacer eso si finalmente todo lo que representa este individuo no es otra cosa más que el sistema del que nunca se desmarcó.
Es decir, sólo se peleó con la mafia y para efectos prácticos fundó su propia organización, juzgada también de criminal.
Y no se trata de que exageremos y pedir que se deje de acusar a los corruptos, sino de que todos estos morenistas sólo buscan lo mismo que los demás: cargos políticos que satisfagan su avidez por el poder, con una buena carga de impunidad.
Esa hambre de poder, según ellos, es la única vía capaz de modificar a ese sistema político no sólo ya agotado sino podrido. Lo cual podría ser así. No obstante, ése es su único énfasis. No hay otro.
¿Entonces dónde está el cambio con esas “prioridades”?
Por ese motivo todos los que integran la tradicional clase política dan la impresión de ser unos auténticos desconocidos. Los votantes ya no les creen nada. Para esos fines tendría más ventaja lo que reza el viejo refrán: Más vale viejo por conocido que nuevo por conocer.
¿O es que aún no me doy cuenta de que todo es una parodia de un soñado compromiso nacional? ¡Vaya que si soy una ingenua incorregible!

ALCALDE, RECTOR, GOBERNADOR
No cabe duda que las buenas fiestas políticas son las que se realizan con hechos y conexiones sociales como las que llevó hace apenas unos días el alcalde Óscar Almaraz en ejidos del norte de la capital, entregando apoyos en fertilizantes para 1,700 hectáreas de huertas y sembradíos, además de paquetes de porcinos para instalación de granjas, material y útiles escolares.
Otro tema trascendental para el 30 de noviembre o jueves de esta semana será la toma de protesta del ingeniero José Suárez Fernández como Rector de la UAT. Al evento se prevé la asistencia del Gobernador Francisco García Cabeza de Vaca, atestiguando la conclusión exitosa de la gestión de don Enrique Etienne Pérez del Río caracterizada por su trabajo visionario y fecundo.
¡Excelente inicio de semana!