ORBE

22/11/17

Ma. Teresa Medina

El valioso e indispensable voto moral

Conforme el 2017 llega a su fin, nada hay en la gigantesca pero vulnerable esfera social que ostente una perspectiva clara de la realidad política.
Todo es por responsabilidad de los partidos políticos y del propio Gobierno Federal una visión sumamente limitada, o mejor dicho una alucinación ciudadana que observa con horror a un colosal avión llamado México que vuela sin tripulación.
Es decir, sin piloto y sin plan de vuelo, con pasajeros que a ciencia cierta ignoran bajo qué condiciones se ha dado el manejo de la riqueza nacional y su transferencia a una élite que observa a la población y supone de ella cosas increíblemente denigrantes.
La más bochornosa no es la que carece de líderes políticos genuinos y comprometidos, sino el concepto en que se les tiene es que sus ojos, boca y oídos están cerrados.
Ahí tenemos entonces que su percepción del mundo es completamente extraña y en cualquier momento de consecuencias fatales.
La pregunta es si pese a ello los dirigentes políticos nacionales, comenzando con el priísta Enrique Peña Nieto, el panista Ricardo Anaya, la perredista Alejandra Barrales y el propietario de Morena Andrés Manuel López Obrador, y una cantidad de presuntos líderes que van o no de la mano con los interfectos, tendrán a su disposición (y por lo menos), conscientes de las innumerables tragedias nacionales, regionales y locales, una serie de respuestas éticas al clamor que las demanda con urgencia.
Me temo que no es ni será así. No obstante, ello obliga a los pueblos de las entidades de la república y a sus autoridades, comenzando con sus gobernadores, alcaldes y diputados locales, a combatir una pesadilla que se extiende por doquier y suscita no sólo la crisis terrible que se vive sino que además provoca la pérdida de la conciencia social, y por supuesto de reacción.
Evidentemente ese es uno de los propósitos de quienes tras el poder político han intentado que el pueblo se idiotice. Y mire que le han hecho la lucha con todo.
¿QUÉ SUCEDERÁ EL PRÓXIMO AÑO?
Sin dejar de reconocer que algunos gobernadores están estacionados en forma permanente en la primera trinchera popular, defendiendo (con hechos) los intereses sociales -ahí tiene usted a Francisco García Cabeza de Vaca, inmerso en un proceso gubernamental que ha ido de menos a más, y por lo que se ve, intensificará su lucha contra la corrupción y la violencia, incluida la ineficacia de sus colaboradores-, lo primero que se vislumbra es una votación previa (¿?) a la del domingo 1 de julio de 2018.
Es decir, vendrá antes que la papeleta depositada en la urna, el voto mental largamente meditado, que a su vez generará el voto moral previo al que elegirá definitivamente a presidentes municipales, diputados federales, senadores y presidente de la república.
Ese ejercicio preventivo, por llamarlo así de alguna manera, ya inició y es parte de ese desarrollo civilizatorio que los anteriores gobiernos federal, estatales y municipales no tuvieron la capacidad de fomentar y desplegar (ocupados en sus negocios personales), propiciándose esa deforestación y arrasamiento social, cultural y económico que para muchos es casi incontrolable.
Y así correctamente visualizado porque justamente nos concierne a todos.
Y porque lo que le interesa a uno le interesa a 120 millones. Somos humanos y en algún momento debíamos demostrar que en medio de la tragedia nacional lo único que nos salvaría serían la firmeza y el carácter de las decisiones en momentos angustiosos.
No es pues el momento de lujos los cuales tardarán muchos años en regresar a las vidas de los mexicanos, incluida la damnificada y muy sufrida sociedad de la capital del país.
Ahora es tiempo de observar a todos y a cada uno de los que ya están en la arena electoral. Unos listos para continuar el cambio y otros que sólo vienen a robar al pueblo.
Y ahora ya nadie tiene excusa de depositar su voto moral ante semejante amenaza. Máxime que está plenamente identificada.
LA PESCA, OTRO GRAN DESTINO TURÍSTICO
No es sólo la capacidad de ampliar la calidad de los destinos turísticos, sino la voluntad política de fortalecerlos y difundir sus bellezas y cualidades naturales. Me refiero a La Pesca, que desde el sábado y domingo pasados el Gobierno de Tamaulipas ha tenido a bien impulsar, practicando con una asistencia récord la pesca deportiva y promoviendo la convivencia familiar dentro de un contexto de seguridad y turismo proveniente de Coahuila, Nuevo León, Veracruz, San Luis Potosí y el sur de Texas.
¡Feliz miércoles!