ORBE

Ma. Teresa Medina

14/08/17

Le toman el pulso, está grave y no lo hospitalizan

Nadie es capaz de hablarle al PRI de cruces, cuando éste va y viene a cada rato del panteón.
Esta muy antigua expresión colonial (adaptada a las guerras presentes), nos recuerda (disculpe usted el sonsonete) a un partido político que nunca solía considerar la mínima opinión de su militancia, reculando ahora cuando ese maremágnum ya lo arrastra casi al final de su registro político.
Sucedió que viendo estos la gravedad del caso se les ocurrió tomarle el pulso político al enfermo partido tricolor y descubrieron que sí está mal, quizá hasta muy grave, por lo que urge trasladarlo a terapia intensiva si se le quiere salvar la vida.
Tanto que hasta sus indolentes líderes (encabezados por Enrique Peña Nieto) llegaron al extremo de pedirle a los priístas en la reciente asamblea nacional, que “actuaran como soldados de la patria” a fin de ganar las batallas que se avecinan en 2018.
Pero las fuerzas menguadas por tantas querellas y choques de las tribus, harán difícil e imposible que el PRI nacional y el que inicia a reagruparse en Tamaulipas logren hacer algo.
Por más que los controladores de este PRI hagan lo que hagan, show, espectáculo, maroma, circo y extravagancias que les ayude a desplegar su crecimiento y transformación, sólo se puede vislumbrar un escenario:
De la actual situación de derrota, no pasarán.
Pues no se trata de un simple traspié ocasional, sino de que sus jerarcas de aquí y de allá adoptaron forzadamente y después los cambios, y no fue que precisamente porque se hayan adaptado a estos.
Uno de ellos que es una ofensa a su militancia, y tiene que ver con abrir al partido y quitar candados a candidaturas externas disfrazadas de “simpatizantes”, teniendo tanta militancia.
¿O qué sucede? ¿Ya no hay gente valiosa adentro? ¿O ya nadie de adentro quiere ser postulado por el PRI? Sigue siendo la misma gata, nomás que revolcada.
¿Me explico? No se supone nada, es entonces el “dedazo” que sigue ahí, y el que formalizará a los extraños, a los que vienen de afuera, los que no pertenecen al formal padrón de toda la vida y que, para efectos del descaro, se entiende son los socios del presidente Enrique Peña Nieto, estando en puerta la candidatura presidencial.
Un teatro que pudo haber impactado en el pasado, pero no ahora cuando las circunstancias nos rodean de propuestas que rebasan cualquier oferta del PRI, principalmente las que vengan del PAN y su tradicional movimiento ciudadano.
Incluso Morena con AMLO y la otra izquierda necesitada con urgencia en estos momentos de lo que ahora les ha dado por llamar Frente Amplio Democrático, pues a diferencia del PAN y Morena, el PRD y los otros pequeños socialistas y rojillos carecen totalmente de figuras de altura moral y política. Se pide de favor no confundirlos con aquellos que alardeaban que todo en ellos era de “altos vuelos”.
En síntesis, a la mayoría de los partidos que nacieron bajo la protección del PRI, y el PRI mismo, parece se les está acabando el jolgorio que los hacía fuertes, porque sin fiesta parecen no poder ofrecer nada, lo que significa un problema gravísimo, ya que la ciudadanía ahora no pierde de vista a nadie, menos a quienes hacen política y crecen a costillas de los impuestos que paga el pueblo directamente.
Y lo que pasaba es que la pachanga ofuscaba el pensamiento nacional, para en forma permanente ubicarnos en el pasado, nada que ver con el presente y menos con el futuro. Pero eso ya pasó. Hoy la gente exige que las promesas se cumplan, y si es con fiesta, mejor. Aunque lo primero es lo primero.
Por todo esto ¿quién será el nuevo líder del PRI en Tamaulipas capaz de resucitarlo y sintonizarse con su militancia con propuestas cuyo interés estén por encima de los negocios de quienes participan en ello? Sergio Guajardo y Oscar Luebbert, son los primeros. No obstante, la duda es si seguirán eludiendo lo que se exige, y si el que llegue sólo irá a bajar la cortina, no a clausurar el negocio, pero cerrarlo porque su producto ya nadie lo consume.

GOBERNADOR Y DELEGADOS FEDERALES
En la reunión del jueves pasado entre el Gobernador Francisco García Cabeza de Vaca y los delegados federales en Tamaulipas, trascendió el mensaje del Ejecutivo estatal: “La política de este Gobierno es trabajar de la mano, al final del día tenemos un mismo objetivo: mejorar la calidad de vida de las personas que habitan Tamaulipas, generando riqueza y desarrollando empleos”. En pocas palabras, hay un solo camino: el interés del pueblo.
¡Excelente inicio de semana!