Óptimus

A volar

28/10/2018 – De algo servirá la Consulta Nacional sobre el Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, pues a pesar del desencanto total por la mala organización y por la respuesta de los opositores al estudio, dio mucho de qué hablar, toda la semana.
La actividad cibernética a toda máquina que desató el ejercicio, no permitió que pasara desapercibido para nadie, pues se escucharon voces en la radio, se leyeron notas en los diarios, asistimos sin pagar boleto a los enfrentamientos por el tema en las redes sociales y de todo lo que escuchamos y vimos, la sociedad sacó una conclusión: Nos están manipulando.
Sin embargo, a pesar de la polarización y la descalificación, se escucharon voces interesantes, ubicadas, serenas y desde luego aleccionadoras.
Se dijo y con justa razón, que el pueblo había escogido gobernantes de diferente partido para que ellos, con la responsabilidad adquirida, tomarán las decisiones trascendentales de la historia que les ha tocado vivir.
Pero si no se hubiera llevado a cabo la consulta, se hubiera dicho que todavía no llegan y ya están incumpliendo sus promesas de campaña.
Se expresó con vehemencia el rechazo a los daños ecológicos causados por la modernidad en donde antes fue un basurero enorme de la ciudad, mientras se declaraba el suelo arcilloso como no apto para construir sobre él.
Pero también surgieron imágenes de aeropuertos construidos bajo la misma firma de diseñador, sobre el mar.
“Pero ahí en el mar no tumbaron ningún árbol”, dirían los ecologistas que jamás han estado cerca de lo que fue el gran lago de Texcoco, desde hace años convertido en un páramo generador solo de polvo en ventiscas, cuya salinidad del suelo hace que ni las lagartijas vivan ahí.
Argumentos sin consistencia de quienes están asentados en el mismo Lago de Texcoco, pues gran parte de la zona metropolitana de la capital del país, está construida sobre el lecho del lago.
Vamos el mismo Aeropuerto de la Ciudad de México, actualmente en operación, está erigido sobre el mismo lago, cuestión de revisar la cartografía del siglo 16 o el plano del lago de Texcoco de 1906.
La investigación a pesar de que los elementos están al alcance de la mano, se ha visto frenada por la manipulación de la información, generada desde luego por los actores interesados a favor y en contra.
Pareciera tal vez, que la intención no es desechar por completo la posibilidad del proyecto, sino simplemente cambiar los beneficiarios de los contratos.
No me uno a las especulaciones, pero en todo este escándalo ya nadie menciona la utilización de las AFORES como fuente de financiamiento, algo aberrante y esencial en la toma de la decisión para poder votar.
El tema es muy sencillo de expresar, México por la cantidad de turistas internacionales que recibe, necesita un nuevo aeropuerto, pues el actual está ya en el límite de su posible crecimiento. Si la intención es generar el ingreso de divisas, estamos ciertos que sobrarán inversionistas.
La prueba palpable la tenemos en la región noreste de la República, sí aquí donde vivimos, a una distancia de 95 kilómetros en línea recta, podemos observar dos aeropuertos, uno, el de Matamoros administrado por ASA, entidad gubernamental y el otro, el de Reynosa, administrado por OMA, entidad privada.
Las diferencias están a la vista de todos; en la cantidad de vuelos, en la remodelación de las instalaciones, en las facilidades que ofrecen y desde luego en el equipo con que cuentan.
Vi con agrado el esfuerzo de alguien por subir una petición a la organización Change.org, para sumar firmas a favor del NAIM en lago de Texcoco, como también vi los esfuerzos desesperados de algunos por descalificar la consulta promovida por el futuro presidente de México.
Los dos esfuerzos sumados, no llegarán a una cifra superior a 1 millón y medio de participantes, por sus alcances y por el tiempo disponible, por la apatía y por la falta de organización. Esta cifra se ve ridícula ante los números del pasado proceso electoral en el que más de 56 millones de ciudadanos acudimos a las urnas.
Así que independientemente del resultado de ambos ejercicios, nos iremos todos A VOLAR.