Óptimus

Ingenuidad o traición

12/11/2017 -Algo pasó en casa, todos los perros están enojados, al parecer el otrora liderazgo fuerte del perro enano pariente de Snoopy hizo agua y comenzaron los brotes de inconformidad por doquier.
En efecto esta semana que culmina fueron convocados todos a una reunión plenaria, donde se supone que cada año se refrendan los lazos de amistad y de camaradería.
El organizador fue El Ringo Star, así firma sus invitaciones y obviamente los primeros en llegar fueron El Bruno y El Roco que como buenos hermanos, siempre se han llevado bien, sin necesidad de morderse, más tarde llegaron La Becka y su madre La Serenna, un poco después tal vez por la distancia, llegó La Venus, como tenían tiempo de no verse juntos todos los de la raza labrador, departieron alegremente.
Como temiendo la inconformidad, el último en aparecer fue El Ringo, acompañado por un perro más enano que él, el entenado Yankee, can de raza Yorkshire que parece hippie de los 60s por su alborotada melena.
Ahí estaban los siete correteando, husmeando y divirtiéndose, algunos destruyendo la manguera, mientras otros hacían pozos en el jardín buscando hueso como si estuvieran en campaña política.
Todo iba muy bien, hasta que llegó la hora del reparto de las croquetas, ahí comenzó el problema, pues los grandes consideraban injusto recibir la misma ración de los pequeños y cuando las damas ladraron, aquello se puso color de hormiga.
Parecían regidores en sesión de cabildo, ninguno estaba de acuerdo y comenzaron a plantearse diversas alternativas de solución al grave problema de la distribución de las prebendas, perdón de las croquetas.
La Serenna, como su nombre lo indica, trataba de poner orden, pero dada su naturaleza de madre, pretendía que la primera en recibir la dotación fuera La Becka, pues ella alegaba que por ser la de menor tamaño, de los de su raza, debían de tenerle consideraciones.
El Roco no estaba de acuerdo, ya que debido al color de su pelambre, digamos entre prieto y moreno, siempre lo dejaban para el final, alegato al que se sumó de inmediato La Venus, pues ella también sentía ser menospreciada por los mismos motivos.
No hubo acuerdo finalmente, El Ringo, que por ser Beagle y pariente de Snoopy, es decir de alcurnia y con derecho de picaporte, poco a poco se dio cuenta de que este año ya no votarían por él para liderar la manada.
El único que lo seguía para todas partes por el jardín de la casa, resultó ser el entenado, El Yankee volteaba para arriba tratando de intimidar a los labradores con sus afilados colmillos y su mirada penetrante, infructuosamente por cierto.
Los labradores en dos ocasiones lo derribaron, alegaron accidente por el diminuto tamaño del peludo, pero El Ringo se percató de que fue a propósito y con toda la intención de humillar al otrora líder.
Así sucede en el ambiente perruno como en la política, los golpes se dan por la espalda y las pedradas de frente nunca tienen origen en ninguna mano, pues estas siempre se ocultan.
El resultado final, estará basado, igual que en la vida real, en la cantidad de perros que voten, pero si consideramos que la distribución por razas no es equilibrada, no dudamos que el próximo líder de la manada sea un labrador, pues de esta raza son 5, mientras que Beagle y Yorkshire solo 1 de cada una, aunque por género las cosas luzcan más equilibradas, pues machos son 4 y hembras son 3.
Pronto sabremos los resultados, mientras tanto El Ringo ya luce un colmillo y no propio, enterrado arriba de su ceja, el cual provocó además del sangrado leve, un chipote que por poco da al traste con su perfil griego.
Me queda claro que el antiguo líder de la manada no volverá a convocar a junta, pues tarde, pero se ha dado cuenta de que muchos perros tienen compromiso de raza, acuerdos a escondidas y jefes superiores que tienen compromisos con el pasado.
Cuando entró a la casa le pregunté a bocajarro; «¿Qué pasó?» Y con la mirada gacha me mostró los daños sufridos, mientras le curaba la herida me preguntaba yo mismo: INGENUIDAD O TRAICIÓN.