Necesaria una nueva cara a la educación: Niño genio de la UNAM

03/08/18.-  Carlos Antonio Santamaría Díaz, estudiante de 12 años de edad que cursará la Licenciatura de Física Biomédica en la UNAM, consideró necesario impulsar el estudio de la ciencia entre los niños, así como «darle una nueva cara» a la educación y a la escuela para hacerlas más atractivas.

Al expresar su visión acerca del panorama educativo del país, el menor, que este lunes iniciará semestre en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), opinó que uno de los grandes problemas es la falta de educación y «la verdad estamos en una situación muy complicada» que es difícil de explicar.

Sus carcajadas se tornan serias cuando habla del acontecer social y político de México, al cual, reconoció, dejaría para ir a trabajar a otra nación para después regresar y “ver si es posible sacar al país del hoyo de donde está”.

«Necesitamos un sistema educativo que no sea solo un flujo de profesores con un patrón fijo, sino que ellos mismos, los niños, descubran las cosas, el por qué de las cosas y de manera divertida», expresó.

Pero también darle una nueva cara a la educación, a la escuela; «que no sea esa institución rígida que sólo te va a llenar el cerebro de cosas; que sea un lugar donde no sólo vas a aprender, sino a descubrir nuevas cosas y con gusto”, abundó en conferencia de prensa, donde contagió con su ánimo y risas a los asistentes.

“Una de mis intenciones y responsabilidades sociales para con la UNAM es el proyecto de abrir un grupo de niños como yo. Apoyarlos, no como un profesor, sino como otro alumno para ayudarlos a alcanzar lo que yo he logrado”, manifestó.

Carlos Antonio dijo estar sorprendido del grado de avance de la humanidad pero al mismo tiempo de tanta ignorancia: “el conocimiento viene de reconocer nuestra propia ignorancia y también me preocupa el poder al que hemos llegado para destruir y crear vida».

Respecto a si se considera un niño genio y luego de una carcajada, aseguró que no le gusta utilizar esa palabra porque lo de menos es el coeficiente intelectual, sin estigmatizar a las personas por sus capacidades o por su apariencia física.

Con soltura, Carlos se dijo un niño feliz y rechazó sentirse intimidado por desenvolverse en un mundo de adultos; “lo que a mí me interesa es aprender. La interacción con mis compañeros vendrá después”.

Agencias