El tifón que azotó a Japón la semana pasada tuvo una velocidad y ferocidad inusual, dejando viviendas sepultadas bajo lodo y sobrevivientes desesperados en los techos de sus viviendas.
Pero nada expresó mejor la importancia de la modernización ante los designios de la naturaleza que las imágenes de los trenes ultrarrápidos y ultramodernos, sumergidos bajo agua en Nagano, una región montañosa al noroeste de Tokio.
Los reconocidos avances tecnológicos de Japón, y la atención al detalle de sus ciudadanos, no pudieron con las catástrofes características de esta era de calentamiento global.
Según expertos, los japoneses tienen un sentido falso de seguridad a pesar de una larga historia de terremotos, tsunamis y erupciones volcánicas.
“Hasta ahora el clima en Japón ha sido más bien templado”, opina Toshitaka Katada, expertos en cuestiones de desastres y profesor de la Universidad de Tokio.
Pero eso se acabó y las medidas de prevención de Japón para desastres naturales, elaboradas hace décadas, están desactualizadas, dijo Katada.
Agencias