Miles despiden a policías asesinados en NY

NUEVA YORK, Estados Unidos, dic. 27, 2014.- Miles de personas acudieron este sábado al funeral de un agente de policía asesinado hace una semana en Nueva York junto con su compañero, en una cruda emboscada a plena luz del día que puso fin a las grandes protestas en la ciudad que criticaban a la policía tras la muerte de varios detenidos.

 

Estaba previsto que el vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, y el alcalde, Bill de Blasio, ofrecieran unas palabras durante el funeral de Rafael Ramos, que el día anterior fue descrito como un hombre generoso, cariñoso y compasivo durante un velatorio de ocho horas al que acudieron miles de agentes de policía de Nueva York y de todo el país.

 

«Lo que le ocurrió a mi padre fue una tragedia», dijo entre lágrimas el hijo de Ramos, Justin Ramos, en una elegía que siguieron cientos de policías en la calle, que vieron la ceremonia en pantallas gigantes ante la abarrotada iglesia de Christ Tabernacle en Queens. «Pero su muerte no será en vano».

 

Ramos, de 40 años, casado y con dos hijos, se estaba preparando para ser pastor y tenía libros de estudio de la Biblia en su taquilla, explicó su oficial superior.

 

Los planes de funeral para su compañero, el agente Wenjian Liu, no se han anunciado todavía.

 

Los agentes fueron asesinados el 20 de diciembre cuando estaban sentados en su coche patrulla en una calle de Brooklyn. Los investigadores han dicho que el agresor, Ismaaiyl Brinsley estaba trastornado y también había herido a su ex novia en Baltimore ese día.

 

Brinsley se suicidó poco después del ataque. En mensajes que subió a internet poco antes del crimen, Brinsley hizo referencias a la muerte de dos hombres negros desarmados, Michael Brown en Ferguson, Missouri, y Eric Garner en Staten Island, a manos de dos agentes de policía blancos.

 

Los sindicatos de policía han acusado a De Blasio de contribuir al clima de desconfianza hacia la policía tras las muertes de Brown y Garner. En un hospital después del tiroteo, el presidente del sindicato de policía, Patrick Lynch, y otros agentes le volvieron la espalda al alcalde como muestra de rechazo. Lynch culpó entonces al alcalde de la muerte de los agentes y dijo que tenía sangre en las manos.

 

Unas semanas antes del tiroteo, Lynch propuso que los agentes firmasen una petición solicitando que el alcalde no acudiera a funerales de policías que murieran en su puesto.

 

El cardenal de la ciudad, Timothy Dolan, y otras personas han intentado calmar los ánimos.

 

De Blasio expresó un firme apoyo a la policía desde el tiroteo, pidiendo a los manifestantes que detuvieran temporalmente sus protestas y elogiando a los agentes después de que el departamento de policía anunciara la séptima detención desde el tiroteo por amenazar a la policía.

 

El viernes, el alcalde visitó brevemente el velatorio de Ramos pero no hizo declaraciones. No hubo una reacción perceptible de los agentes a su llegada, y la familia de Ramos ha dicho que da la bienvenida a la presencia del alcalde en el funeral.

 

Ramos y Liu fueron los primeros agentes que mueren en Nueva York en cumplimiento del deber en 2011.

 

Ambos han sido ascendidos de forma póstuma a detective de primera clase, señaló la policía.