Los Juegos del Poder

El pañuelo de Zorrilla

2/10/2018 – Media hora antes de la convocatoria, ya era difícil llegar al Centro de Convenciones Mundo Nuevo. Se estimó la asistencia de unas cinco mil personas. Todas las sillas estaban ocupadas y una gran cantidad de los presentes permanecieron de pie. Muchas más no alcanzaron a ingresar al recinto.
Era la toma de protesta de Mario López, el primer alcalde de Matamoros emanado del partido Morena.
Asistieron los ex alcaldes priístas Homar Zamorano, Erick Silva y Poncho Sánchez y reapareció la panista Leticia Salazar que acalló los rumores al asegurar que no regresa a la actividad pública.
Estaban los diputados locales, los diputados federales electos Adriana Lozano, Armando Zertuche y Héctor Villegas de Morena y José Ramón Gómez, futuro delegado de Andrés Manuel López Obrador en Tamaulipas.
Mario López confirmó un paquete de obras por 3 mil 500 millones de pesos. La conclusión del parque central, una tercera planta potabilizadora, el equipamiento del Hospital Materno Infantil y seis centros deportivos.
Se comprometió a crear los Institutos Municipales del Migrante y de apoyo a las madres solteras así como una nueva universidad.
Refrendó el compromiso de «no robar, no mentir y no traicionar», que son las bases del gobierno propuesto por Andrés Manuel López Obrador que asumirá la presidencia de México a partir del 1 de diciembre.
El «sí se pudo» también retumbó en la abarrotada unidad deportiva de Ciudad Madero, donde Adrián Oseguera rindió protesta. El primer alcalde de Morena fue implacable en el discurso:
«Basta de servidores públicos prepotentes, deshonestos y fantoches», lo dijo ante un apabullado Andrés Zorrilla que de manera constante limpiaba su cara con un pañuelo blanco.
La mañana del lunes, Oseguera confirmó que Zorrilla le dejó 700 toneladas de basura en las calles y sólo cinco camiones recolectores medio funcionando. «Se llevaron refacciones y herramientas», denunció el alcalde.
Confirmó el banderazo de salida de cinco camiones que serán adquiridos en esta misma semana por el ayuntamiento para ir normalizando el servicio.
En Río Bravo, el alcalde saliente Juan Diego Guajardo no llegó a la ceremonia de cambio de poderes.
Carlos Ulivarri rindió protesta en la explanada de la presidencia municipal en un concurrido evento en el que calificó la ausencia del «ex edil» como una falta de ética política.
Destacó que Río Bravo enfrenta una grave crisis económica, urbana, social y de seguridad y anunció la aplicación de una auditoría «para que no nos vean la cara», citó el edil.
La historia de Juan Diego Guajardo no ha terminado. La revisión de las cuentas que entrega es una advertencia directa surgida tras la detección de las primeras irregularidades.