Los Juegos del Poder

Maribel Villarreal

28/09/17

Un año y contando

Hace un par de días, el alcalde de Tula, Antonio Leija detallaba la severa crisis del ayuntamiento con una deuda acumulada de 15 millones de pesos.
Los pagos a proveedores y las demandas laborales ahogan las aminoradas finanzas del pueblo mágico que en los momentos más graves de liquidez no ha tenido ni para pagar el servicio de energía eléctrica.
El desorden financiero huele a corrupción. Se originó en la anterior administración municipal y el ex alcalde priísta Juan Andrés Díaz Cruz es -por lo pronto- señalado por un desvío de casi 20 millones de pesos.
Tula es apenas un botón de muestra y a un año de los nuevos gobiernos es la investigación más adelantada desde la Auditoría Superior del Estado.
La sospecha es extendida pero la reacción limitada ante una expectativa unánime de justicia.
Los socavones del sur, las destruidas vialidades en el norte y la falta de obras en el centro del Estado añaden dudas al recelo social del manejo de los recursos públicos.
En Tampico, la alcaldesa Magdalena Peraza cesó desde hace varios meses a los iniciales señalamientos hacia su antecesor Gustavo Torres. En Madero, Andrés Zorrilla está tan enredado en sus conflictos que ya olvidó las malas cuentas del priísta Mario Neri.
En Victoria ni pensarlo. Oscar Almaraz no ha dedicado ni una línea de declaraciones a su compañero de partido y actual coordinador de la bancada priísta en el Congreso del Estado, Alejandro Ettiene Llano.
Matamoros y Nuevo Laredo son asignaturas aparte y es que las cuentas de Norma Leticia Salazar y Carlos Canturrosas, -respectivamente- están y seguirán pendientes muy probablemente durante toda la Sexagésima Tercera Legislatura.
Los ex alcaldes panistas están callados, alejados del escenario público. Asumen la sana distancia como su mejor y única defensa frente a los manifiestos indicios de manejos turbios encontrados por la Comisión de la Auditoría Superior.
Al hecho se suman los organismos operadores de agua de gran parte de los municipios de Tamaulipas. Las Comapas se heredaron con números rojos y con obsoletos sistemas de agua y drenaje.
Los ingresos millonarios resultan incongruentes a la histórica falta de obras y a obras mal ejecutadas que terminaron por colapsar.
Muchas de las cuentas públicas de las COMAPAS están detenidas en el Congreso del Estado.
Este sábado se cumple el primer año de gestión y empieza la cuenta regresiva hacia la contienda del 2018. Dedicados a su proyecto de reelección los alcaldes terminarán por olvidar las iniciales acusaciones de presunta corrupción de sus antecesores.
Un año y contando.