Los Hechos

Méndigo Peje cobarde

Esa tarde tocó ronda.
Estábamos los niños y niñas del vecindario, en el traspatio común, sin valladares ni fronteras, jugando al “lobo-lobito”.
“La fiera” de turno, ya se había agotado los tradicionales “me estoy bañando, cambiando, peinando, poniendo los zapatos…” y seguía inventando motivos, para prolongar “la embestida”.
Lalito, que de los cuates era uno de los más mesurados, exasperado por alguna tarea pendiente en casa, enfiló en retirada con algún improperio: pin… lobo pu…
De las madres, que excepcionalmente interrumpieron y siempre supimos “nos dejaban solos” en nuestras andanzas (aunque ahora que físicamente ya no está bien sé, hasta su muerte siempre me acompañó y más ahora en su condición etérea), una apareció de Dios sabe dónde, apachurró contra su costado al interfecto, hablándole con la dulzura de las propias.
“No, Lalito; cuando quieras reclamar algo, no digas maldiciones, porque tu mamá te puede escuchar y te va a castigar; puedes decir lo mismo, pero con otras palabras”, le sugirió con los decibeles exactos para que todos nosotros y nadie más escuchara.
Pasada la elección del domingo, particularmente los simpatizantes de MORENA se reparten entre quienes dan los hechos por consumados y aquellos que todavía piensan pueda darse algún cambio en los tribunales.
“Van a llegar a México capital los expedientes del litigio y ahí vamos a recuperar el Congreso local”, dicen los postulantes de la última tesis.
Desde las vísperas al inicio el proceso con la selección de los candidatos, luego en campaña y el mismo día de la elección, los morenistas tamaulipecos, estuvieron esperando el concurso central, para apuntalar el proyecto político-electoral doméstico.
Concurso que no llegó por vía alguna.
Por eso hoy, quien quiera desistir en la esperanza de que finalmente “el lobo venga”, puede hacerlo con toda seguridad que nadie va a reclamarle y en retirada, puede lanzar todos los improperios en su bagaje.
Les diría que cuiden el lenguaje, porque las madres nuestras pueden reprenderles si los escuchan, pero eso es historia vieja, pues las nuevas generaciones se llenan la boca en alguna suerte de competencia a ver quien suelta la mayor “palabrota”.
La elección ya pasó, “haiga sido como haiga sido” y para todos los actores de la contienda -porque hubo lecciones nada confortantes para todos-, lo que queda, es ver hacia adelante y actuar en consecuencia.
La diputada local morenista MARÍA DE LA LUZ DEL CASTILLO TORRES, de esas personas que el vox populi dice “más sabe por vieja que por diabla”, recomendó a sus correligionarios unirse, para que no vuelva a sucederles lo que les sucedió.
“Que nos venga a imponer lo que no debe ser -explicó-, porque los candidatos postulados no fueron los idóneos: la imposición con la que no estuvimos de acuerdo”.
Los cómputos oficiales en los Consejos Distritales ayer al mediodía concluyeron, para confirmar los triunfos que ya había reflejado el PREP, incluidos los tres distritos de Matamoros, en los que la diferencia fue menor al uno por ciento, ameritando el recuento voto por voto.
Así, el PAN se queda con 21 distritos de mayoría y MORENA uno; el cómputo estatal para la distribución de los escaños plurinominales se hará en el Consejo General del IETAM el fin de semana.
La asignación será provisional, pues siempre quedará a expensas de que habiendo algún recurso interpuesto, los tribunales puedan modificar la votación y se tengan que hacer reasignaciones.