Los Hechos

¡No manchen!

Y que si JUÁREZ no hubiera muerto.
La reforma y la contrarreforma educativa del país, sigue danzando entre las cámaras de la máxima tribuna nacional, mientras los presuntos interesados se rasgan las vestiduras en público, pregonando sus verdades a favor de una y otra, sin faltar quienes pugnan por el justo medio.
Desde fuera, el grueso de los mexicanos, aunque tenemos interés directo en el destino de la educación pública, por sí o por los propios, somos más expectantes de esa suerte de juego de pin-pon, siguiendo la bolita, las más de las veces sin entender el fondo del asunto.
Para los neófitos, los palitos y las manzanitas se hacen necesarias en las explicaciones, y si es con ejemplos, mejor, para poder entenderle.
Una historia de muestra se encuentra en la escuela preparatoria 3 del Estado en Victoria capital, Carlos Adrián Avilés, de un tiempo a la fecha navegando en el conflicto.
Atrás del desorden, se encuentra el maestro GUADALUPE CASTILLO, quien a la vieja usanza, se jubiló y fue recontratado, doblando sus percepciones; con la reforma del sexenio pasado fue evaluado para permanecer como maestro, pero no resultó idóneo y ahora con la contrarreforma del actual, espera sacudirse la “segunda vuelta del examen” a que ya no respondió, amén de urgir por regresar al control de la delegación sindical que alguna vez tuvo, pensando que podrá disponer de plazas laborales para seguir engordando su pecunio.
Por eso se lleva a algunas estudiantes y padres-madres de familia de paseo a albercas, a las que luego ha usado en “manifestaciones” en contra de sus compañeros maestros y el liderazgo sindical constituido en el centro de trabajo, encabezado por ALAN VÁZQUEZ ESTRADA.
Trabaja en contubernio de la directora del plantel, LAURA GARCÍA ÁLVAREZ, con quien comparte un “pastel” hecho de los presupuestos oficiales y las aportaciones de los paterfamilias, contratando “servicios” de familiares directos, hechos de la simulación.
El conflicto se desbordó, cuando los maestros le pidieron cuentas del producto de actividades recaudatorias que les ordenó, “para mejorar el servicio del internet”, recibiendo puntualmente los dineros, pero sin ejecutar los trabajos ofrecidos.
Atrás ya venían historias de hostigamiento y acoso laboral, conflicto de intereses, discriminación al personal, nepotismo, canonjías ilegales para el puñado de incondicionales y nula transparencia en el manejo de los recursos.
Solo el cobro de 800 pesos de cuota semestral a cada uno de los 250 alumnos, de la que no se sabe destino, ya es una cifra respetable, pero entre otros, estaba lo del internet y un pago por exámenes que la Secretaría exentó, pero la dirección cobró a los estudiantes y está por saberse “a quién entregó”, si es que se hizo.
Ese fue el reclamo del grueso de la plantilla laboral a inicios de año que derivó en manifestación y cierre de la dirección.
El subsecretario de Educación Media Superior y Superior de la Secretaría de Educación Pública de Tamaulipas, MIGUEL EFRÉN TINOCO intervino y tras la investigación del conflicto, aunque reconoció las faltas y fallas en la dirección del plantel, no emitió un resolutivo sancionador, solo mostró una tarjeta informativa y por terceras vías, mandó decir que la directora y el líder sindical dialogaran y se pusieran de acuerdo.
La directora, con la esposa y los sobrinos de LUPE CASTILLO y éste mismo, que cobran como maestros y prestadores de servicios externos al plantel -el esposo JAVIER PALACIOS también ya tiene oficio de adscripción ahí pero no ha “asumido”-, animaron la toma de la escuela antes de salir de vacaciones, con dos-tres beneficiarios más y los convidados de las “albercadas”, buscando seguir sacando vuelta a las responsabilidades.