Los Hechos

La hora de Yahleel

28/10/2018 – Finalmente, Tamaulipas está en la atención del PRI nacional.
En medio de sólo cinco entidades que están en un proceso electoral que desembocará en las urnas en junio del año entrante, ya sería mucho se mantuviera el desprecio central que por los últimos años dio el partido a la entidad.
Está anunciado que la tarde del viernes venga la presidenta del Comité Ejecutivo Nacional, CLAUDIA RUIZ MASSIEU, a darle posesión a YAHLEEL ABDALÁ CARMONA como presidenta y PEPE BENÍTEZ como secretario general del Comité Directivo Estatal.
El nuevo mando tricolor tamaulipeco que hoy inicia funciones, ciertamente tiene cuesta arriba el reto electoral al que es designado, en su gestión que abarca precisamente por el tiempo del proceso para la renovación del Congreso Local.
Puestos en las inercias, en la elección de este año el PRI en Tamaulipas, cayó prácticamente hasta la mitad de la media de sus votaciones contemporáneas y esto podría partirse hasta otra mitad a vuelta de año.
En promedio y números redondos, el instituto político el pasado uno de julio consiguió solo 300 mil votos, hablando de los 228 mil aportados a la elección presidencial y los 374 mil conquistados por los candidatos a las alcaldías.
En el medio quedaron los candidatos a las diputaciones federales con 299 mil y 294 mil de las senadurías, en la que la propia YAHLEEL fue candidata en primera fórmula, rezagando hasta la tercera posición a su partido, por primera ocasión.
La tesis de la tendencia a una mayor caída para la siguiente elección parte de la primicia que más de la mitad de aquellos votos, fueron aportados por cuatro de los municipios donde eran gobierno local y ya no lo son más desde este mes.
A saber, los derrotados ex alcaldes en su intento reeleccionista, CHUCHÍN DE LA GARZA, JUAN DIEGO GUAJARDO, MAGDALENA PERAZA y OSCAR ALMARAZ obtuvieron 51 mil 500 votos en Matamoros, 14 mil 500 en Río Bravo, 47 mil 500 en Tampico y 45 mil 200 en Victoria.
Sin esos “plus” que significa el usufructo de estructuras, foros y presupuestos endosados desde las administraciones locales a los oficios partidistas, lo lógica apunta a más mermas en la clientela electoral.
De ese es el tamaño del reto que hoy asumen los nuevos manos estatales del partido.
Tienen, entonces, mucho por hacer y poco, con qué hacerlo, si la intención es revertir la tendencia a la baja en la presencia y la recuperación de los espacios de representación perdidos.
Si van a cubrir apariencias, a prolongar la jornada entreguista que ahora se sabe de manera deliberada desplegó su último “líder” en el pasado sexenio, o a asegurar su patrimonio, entonces tienen más que hacer, para su peculio.
Hay quienes son de la idea que solo en alianza con el partido en el poder, sea el PAN en el Estado o MORENA en la federación, el PRI puede empezar a redibujarse en Tamaulipas, aunque no queda claro de qué manera aquellos le endosarían capitales electorales.
Por lo demás, la prerrogativa oficial es poca para cubrir las necesidades de una estructura amplia y suficiente para estar a la altura del reto político estatal, pero resulta sobrada en un bolsillo personal, cuyas boronas satisfagan el cuadro chico.
Son tres millones de pesos mensuales que castigadamente andan en la mitad, por las multas aplicadas por el INE, pero recuperarán hasta dos tercios, brincando el año.
Insistimos, no es suficiente para las necesidades de un partido en busca de la recuperación, pero por el “manejo” de esas sumas añoran no pocos estatus del pasado y pelearon antes el derecho de llegar a la dirigencia.