LOS HECHOS

José Inés Figueroa

09/01/18

Alta traición compartida

En este mismo espacio lo comentamos en su momento y entonces, también se lo preguntamos a los actores directos, pero no lo consideraron importante o trascendente.
Antes, durante y después de aprobado el paquete fiscal para este año, nos preguntamos cómo le haría el órgano local electoral para cumplir con sus responsabilidades, multiplicadas en este año electoral, con un presupuesto menor -en números reales- al del año pasado.
Los diputados, de todos los partidos, avalaron con su voto la distribución presupuestal propuesta por el Congreso.
Por eso, ahora que reclama el representante del PRI ante el IETAM el que no se hayan fijado fondos para el pago de las prerrogativas a los partidos políticos, a los primeros que debe preguntarle es a los representantes de su instituto político ante el Congreso Local.
Ellos estuvieron desde la recepción, revisión y dictamen de la iniciativa enviada por el Ejecutivo, así como en la votación del pleno, en cuyo curso solo observaron que se disminuyera en unos pesos el cobro por el registro de vehículos “chocolate” y algún cobro “por servicios agropecuarios”.
Uno de esos actores preponderantes de la bancada tricolor en el Congreso Local, respondió sin detener su paso con un “no creo… vamos a ver”, cuando le preguntamos sobre el tema.
Como en otros escenarios, hoy el PRI se enfrenta a la eventualidad que el PAN le responda con sus mismas palabras de antaño, a los reclamos por cuestiones coyunturales: si ellos votaron a favor la iniciativa no tienen por qué reclamar ahora.
La situación no es tan grave y tan simple a la vez, como que los partidos políticos no reciban prerrogativas en este año electoral.
La misma legislación electoral advierte que en las campañas electorales los partidos políticos no podrán invertir recursos mayores a los provenientes de la subvención oficial; no existiendo esta, igual se reduce a cero su posibilidad de invertir en la promoción política.
¿Y qué se puede hacer sin dinero en campañas?
Todo cuesta, desde la gasolina de los vehículos para desplazarse, las convocatorias, los espacios, el equipo de sonido, por no hablar de propaganda, publicidad, movilizaciones, alimentos, contrataciones de personal, asesores, mercadólogos, entre un sinfín de bienes y servicios.
Claro, parece una aberración jurídica que el Estado no prevea y provea de lo que la ley ordena en materia electoral, presupuestalmente hablando, pero eso es algo que solo podrán dirimir las instancias jurisdiccionales, si los interesados querellan con suficiencia de elementos.
Cada cual tendrá sus argumentos y los jueces concederán la razón a quien consideren la tenga.
Los del IETAM están como el papá de La Martina, que cuando el yerno fue a regresársela a su casa con la misma se la regresó: si una traición te ha jugado… ¡lo mismo a mi me pasó!, le dijo y Tán-tán.
Ya usted póngale nombre al cornudo marido, al suegro vapuleado, a la dama casquivana y a su ídem madre.
Auditoría a la Rosca de Reyes.
Al refrendo de don PACO GARCÍA JUÁREZ, de que serán puras bendiciones para quienes tuvieron el feliz hallazgo de encontrarse al “niñito Dios” en las roscas que partió y compartió ayer en la Sala de Prensa de Palacio de Gobierno estatal, no faltó quien aseguró que algunos colegas se compartieron el “monito” para cantar albricias.
Por eso en el acto se propuso hacer un recuento del número de “niñitos” puestos en el pan compartido, compararlo contra los reportes de hallazgos, revisarlos en el orden cronológico y revisar las “cámaras de seguridad” para identificar eventuales fraudes a la “Diosa fortuna”.
Las respectivas instancias tienen a su cargo el caso, se dice.