Locuras Cuerdas

Naderías

29/05/2018 – Muy querido y dilecto lector, los mexicanos en general somos una raza latina de sangre efervescente, en términos generales muy temperamentales, y en un contexto de competición es tal nuestra pasión que perdemos la cordura y tendemos a polarizar el momento en que se está concursando por lo que sea. Estas elecciones ya se han tornado un poco, o un mucho, incómodas en lo que se refiere a las relaciones interpersonales; habrá quien tiene el estómago para llevarse en ese ritmo los más de treinta días que faltan para las elecciones, no se puede tapar el sol con un dedo, pero si se puede cambiar la temática de una columna para que sea un pequeño respiro en tu mente, amén de empaparnos de un poco de cultura.
La semana pasada se llevó a cabo en el Estadio Olímpico de Kiev en Ucrania, la Final de la Champions 2018 entre dos equipos de futbol de características deportivas majestuosas, que transpiran un contagioso espíritu de lucha eminentemente tozuda sin que esto implicara agresividad innecesaria. Esta actitud se origina en una contundente hambre de triunfo y de excelencia por parte de ambos equipos y esto se traduce en un espectáculo futbolístico de gran calado y de sorprendente catadura; pocas veces visto.
Este certamen de la Champions fue creado por iniciativa del diario L Équipe en la temporada 1955-56 bajo la denominación de Copa de Clubes Campeones Europeos, es decir tiene sesenta y dos años de existencia y fue ideada para definir al mejor club de futbol del continente europeo, de ahí el origen de su nivel de espectacularidad. Cabe señalar que a partir de la temporada 1992-1993 cambió de nomenclatura a como hoy la conocemos tu y yo, UEFA Champions League.
Obvia decir que el Real Madrid escribió otra página de su rica historia frente a un gran oponente como lo fue el equipo de futbol Liverpool, ambas escuadras, con su muy alto nivel de excelencia en lo que hacen, nos motivan a filosofar con esta nadería existencial que es el deporte de las patadas, a quien mi amigo José Pinales le parece el deporte más burdo y grosero que existe. Yo prefiero quedarme con la definición de Jorge Valdano que al respecto dice: El futbol es lo más importante entre las cosas menos importantes. Pues sea lo que sea que usted piense al respecto, este evento no fue precisamente un regalo de producto chino bien envuelto, como a veces lo parecen nuestros candidatos, fue un gran espectáculo enmarcado en una ciudad ostensiblemente fascinante.
Pues bien, instigado por esta “irrelevancia” de vida, quise conocer un poco más de la sede de esta competencia y aportarlo a usted, pretendiendo iluminar nuestro conocimiento un poco más allá que la simpleza del futbol.
Ucrania es un país remoto para nosotros aquí en México. La distancia entre Kiev, ciudad capital, conocida como la Madre de las ciudades, precisamente por su carácter antiquísimo y Matamoros, conocida como La Gran Puerta de México, es de diez mil ciento seis kilómetros. Poco largo el trayecto, pero siempre seductor.
En Kiev existe, entre otros edificios la monumental catedral de Santa Sofía, la cual, según se dice, tiene más de mil años, esto no es algo para desestimar a pesar de la distancia, y es desde el 2007 patrimonio mundial de la Unesco. Se construyó en tiempos de un gran personaje histórico de allá de nombre Yaroslav I el Sabio, quien fue protagonista célebre en una época de gran florecimiento. Y se llama Sofía simplemente como un monumento a la sabiduría de Dios. Esta catedral la han reclamado como niños que reclaman su juguete la iglesia ortodoxa y la católica, pero el gobierno ucraniano en una decisión salomónica no se la ha dado a nadie y la mantienen como museo, pero eso sí, dando oportunidad a los miembros de cada creencia a practicar ciertas liturgias.
Decía Napoleón que los grandes espacios, agrandan las ideas y en Ucrania tienen una muy fuerte inclinación por los grandes monumentos, entre ellos existe el conocido como la estatua de la Madre Patria en Kiev, inaugurada en mayo de 1981, mide, según se dice, sesenta y dos metros de altura, más grande que la estatua de la libertad.
Un dato de gran relevancia es que a 150 Kms. de Kiev se encuentra la tristemente célebre ciudad de Chernóbil, donde un sobrecalentamiento de un reactor provocó una explosión que dio origen a la mayor catástrofe nuclear de la historia, el 26 de abril de 1986. La radiación que salió de ese lugar fue impresionante, cuatrocientas veces mayor a la de Hiroshima. La historia de este suceso en Chernóbil se sigue recordando por sus consecuencias que seguirán en su presente por varios miles de años más por la radioactividad latente que ahí quedó, al grado que la ciudad de Prípiat, donde vivían los trabajadores de esta planta quedó como pueblo fantasma y podrá ser habitable hasta dentro de veinte mil años.
La ventana para ver nuestra existencia no solo es la electoral, el universo es muy amplio. Espero hayas disfrutado el respiro.
El tiempo hablará.