Locuras Cuerdas

La evolución de la web

La energía se proyecta efervescente en el ánimo de cada uno de nosotros después de haber tomado unos días de vacaciones que invariablemente sugieren, valga la reiterada redundancia, unas vacaciones de las vacaciones. Cito al escritor regiomontano Alfonso Reyes que aludía a todo aquello que era su rutina y sus hábitos existenciales, como su piso firme, entre ellos la familia, el trabajo, el entorno y la gente que nos rodea.
El entorno de Matamoros es el piso firme de los matamorenses. Salir de vacaciones nos permite medir si existe cariño y arraigo por esta ciudad, que en medio de sus pocas o muchas imperfecciones nos alimenta y construye la existencia del día a día. Debo reconocer que extrañé Matamoros. A bote pronto viene a mi mente aquellos días de estudiante en que el retorno a mi ciudad de origen no estaba dentro del plan de vida.
Hoy puedo decir, querido y dilecto lector, sin la menor duda que Matamoros es mi piso firme. Pero bueno, perdona el matiz de cursilería que plasmo en estas letras, la nostalgia de mis raíces brota en mis letras. El ocio productivo nos hace entender que el trabajo es la ley; y en ese tenor el que lo rechaza fastidiado, lo tendrá por suplicio; a mis hijos les digo, en una clara alusión por el amor al trabajo: si no quieres ser obrero serás esclavo. Si algo se aprende a lo largo de los años, sesudo lector, es que el trabajo solo nos deja por un lado para cogernos por otro; no quieres ser su amigo, serás como su negro en la época de la esclavitud; y si no has querido tener el honrado cansancio de los hombres, tendrás el sudor de los condenados. Así de simple.
Por otro lado tener en pausa las actividades laborales nos permite una ociosidad que nos lleva a pensar, meditar, filosofar y aterrizar en nuestro entendimiento una serie de valores, que en la inercia de lo cotidiano no podemos vislumbrar, simplemente porque somos seres humanos. Bajo ciertas circunstancias laborales, no es posible simultáneamente chiflar y sacar la lengua.
Estas vacaciones pude cruzar palabras con personas que yo atribuyo una sabiduría que la quisiera siempre cerca de mí para iluminarme en mi cotidianeidad. Se hablaron de tantas cosas que el columnista irreverente que me habita no daba margen para anotar todos los tópicos que se abordaron. La maestría que un buen amigo está tomando en cosas que tienen que ver con internet y con la web me dejó anonadado.
Aunque Quevedo decía que el tiempo todo lo masca, es decir que todo lo lleva al olvido, creo que hay cosas que no debemos permitir que la sombra del olvido impere en nuestra relación con ciertas cosas, entre ellas la implicación de la web en nuestras vidas.
El punto principal es que las ideas son olas poderosas y hoy en día se proyectan en la web por internet, me decía mi amigo sabio. Me asombra como la web es un organismo eminentemente vivo, y como tal evoluciona. Desde su creación en 1966, hasta el posterior nacimiento de internet, en ningún momento ha dejado de cambiar y perfeccionarse. Y todo esto cambia y moldea la dinámica de nuestras vidas en el trabajo, el amor, la política, etc.
Lo interesante, que nos ilumina el entendimiento y nos amplía el conocimiento es tener registrado que hemos pasado de una web 1.0 a la 2.0, 3.0 y ahora estamos fluyendo en la web 4.0.
Recordarán algunos de mis lectores que la web 1.0 apareció en 1990 y en ella eramos navegadores solo de texto, era información a la que se podía acceder, pero sin posibilidad de interactuar, unidireccional.
La web 2.0 apareció en el 2004 y contiene los foros, los blogs, comentarios y todo evolucionó en las redes sociales. La web 2.0 permite la interacción. Y aquí estamos de momento la mayor parte de los consumidores.
La web 3.0 apareció en el 2010 y se asocia, según mi amigo, a lo que podemos llamar, la web semántica. Es decir la búsqueda de contenido por medio de palabras clave. Por ejemplo, tú pones “Gobernadores” o “Presidentes municipales” y te arroja una larga lista, en el remoto caso que no recuerdes el nombre del personaje buscado.
Agárrate, querido lector, pues la web 4.0, que inició en el 2016, ofrece un comportamiento más inteligente, de modo que podamos con sólo realizar una afirmación o una llamada, poner en marcha un conjunto de acciones que tendrá como resultado aquello que pedimos, deseamos o decimos.
Gracias a la evolución de la web hoy en día las noticias toman otro matiz, pues ya no solo importa la nota propiamente sino cuántas personas la han leído.
La vida política ya no es la misma gracias a esta verdadera transformación que la web provoca, más auténtica y real que la 4T que aún no termina de consolidarse. Hay mucho material para comentar este punto.
El tiempo hablará.