Locuras Cuerdas

La FEPADE y los delitos electorales.

Alcanzarás buena reputación esforzándote en ser lo que quieres parecer. Sócrates.
Apreciable lector, no leas la presente columna, es muy aburrida, llena de tecnicismos electorales. Muy poca filosofía y casi nada de morbo. Una vez advertido ya no es cosa mía. Dice aquel emblemático aforismo, simple pero profundo que: Sobre aviso no hay engaño.
La FEPADE es la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales y fue fundada el 25 de enero de 1994 en los días finales del sexenio del ex presidente Carlos Salinas de Gortari, en medio de una trágica campaña que le arrebató la vida a uno de los candidatos; muchos creían en ese entonces que era solamente una fiscalía meramente ornamental, que no serviría más que para archivar denuncias en el olvido.
Entrando en definiciones que nos traigan luz al entendimiento ciudadano la FEPADE es responsable de atender en forma institucional, especializada y profesional, lo relativo a los delitos electorales federales. Dentro de la compleja maraña electoral es una de las autoridades, además del Instituto Nacional Electoral (INE) y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), encargadas de garantizar la equidad, legalidad y transparencia de las elecciones federales y locales en los casos que resultan de su competencia.
En términos prácticos es la responsable de conocer, atender y perseguir la generalidad de delitos electorales federales. Se dice que está facultada para integrar y resolver averiguaciones previas en materia penal electoral federal y que su actuación no se encuentra sujeta a aprobación, revisión o corrección de ninguna otra instancia de la actual Fiscalía General de la República, con lo que se pretende garantizar la actuación independiente de la Fiscalía. Actúa ya sea de oficio o vía denuncia.
La FEPADE cuenta con sistemas de atención ciudadana: FEPADETEL y FEPADENET servicio telefónico gratuito y de internet que orienta de manera inmediata a la ciudadanía, respecto a consultas jurídicas, quejas, orientación y en su caso presentación de denuncias.
Si como ciudadanos vemos cosas que nos parezcan delitos electorales o raras, hay formas de avisar a las autoridades respectivas para que se avoquen a atender las irregularidades. Tan simple como una llamada al 01 800 833 7233. Y para que las denuncias no queden a nivel de chisme debe integrarse nombre completo de testigos, fotografías, audios, videos o documentación que sustente la denuncia en cuestión.
En este contexto, hay ciertas acciones dentro de un proceso electoral que se convierten en una resonancia trepidante quizá con una obvia y sesgada intención electoral. En ese sentido el suplente y fiel escudero del senador Ricardo Monreal de apellidos largos, Alejandro Rojas Díaz Durán presentó ante la FEPADE una denuncia en contra del Gobernador Cabeza de Vaca. Esto es una acción inédita aunque probablemente inútil en nuestro Estado, donde por secula seculorum se ha visto la figura del gobernador como un ente intocable, aunque frente a una dinámica nacional en que a diario se cuestiona al presidente AMLO, esa costumbre, creencia o idea de no cuestionar a cualquier gobernador de cualquier Estado deberá de ir pasando a la historia y difuminarse poco a poco con el tiempo. Estamos cosechando los frutos de la alternancia en los distintos niveles del poder en nuestro país.
En una auténtica evolución cultural democrática los tamaulipecos tenemos mucho que aprender al respecto de esta denuncia ante la FEPADE. Primero que nada que esta acción per se, no demerita al gobernador. En estricto apego a Derecho faltaría comprobar que lo que sustenta la denuncia sea cierto. Pero el hecho de quitar a la figura del gobernador esa aura de intocabilidad es un avance de primer mundo. Es un producto directo de la alternancia en el poder. Es un fruto invaluable para los ciudadanos comunes que somos tú y yo mi querido y dilecto lector.
Cabe señalar en ese mismo contexto que en lógica, y muy usado por los abogados, una falacia es un argumento que parece válido, pero no lo es. Algunas falacias se cometen intencionalmente para persuadir o manipular a los demás, mientras que otras se cometen sin intención debido a descuidos o ignorancia. Si esta demanda, o cualquier demanda ante la FEPADE resulta ser una simple falacia, habría que hacer la subsecuente y obligada palinodia, es decir la retractación pública que una persona hace de algo que había dicho o escrito.
En Tamaulipas estamos aprendiendo a ser críticos para que la vida democrática sea verdaderamente aportativa. Una demanda no es el punto último pero es la acción necesaria para abonar en el crecimiento cívico donde podamos ser el freno de los posibles excesos de aquellos que se puedan creer intocables.
El tiempo hablará.