Locuras Cuerdas

Millennials en el gabinete de AMLO

6/12/2018 – Ella se llama Luisa María Alcalde Luján (LMAL), nació el 24 de agosto de 1987, tiene 31 años, es la recientemente nombrada secretaria del Trabajo y Previsión Social, el puesto que dejó Roberto Campa Cifrián de 61 años. Estudió Derecho en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), egresando en 2011. También tuvo la audacia de estudiar posgrado y cursó la Maestría en Políticas Públicas y Derecho Laboral en la Universidad de California en Berkeley.
Él se llama Román Guillermo Meyer Falcón, nació el 11 de agosto de 1982, tiene 36 años, es el recientemente nombrado secretario de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano de México, el puesto que dejó Rosario Robles de 62 años. Es un arquitecto y académico mexicano. Es egresado del Tecnológico de Monterrey y tiene una maestría en Gestión Urbana por la Universidad Politécnica de Cataluña. Es hijo del historiador Lorenzo Meyer, quien es considerado uno de los principales ideólogos políticos de Andrés Manuel López Obrador.
Ambos son una apuesta muy audaz de AMLO por su edad; pertenecen al grupo generacional de los millennials. Ese segmento de la población que recibe dicho adjetivo calificativo, a veces despectivo, por ser personas nacidas entre los años 1982 y 1998, aunque hay ciertas discrepancias respecto a cuándo empieza y cuándo termina. Los anteriores titulares, ambos mayores de 60, obedecían a una forma cuadrada de delegar estos puestos que, hoy por hoy, inauguran el arribo de una nueva generación a los puestos federales de primer nivel. Una generación que muchas veces es descalificada antes de tiempo pues se les acusa de ser una generación que a pesar de tener todos los derechos, no reconoce ninguna obligación.
Se trata de personas cuya adolescencia coincidió con la llegada del nuevo milenio y con un constante y vertiginoso cambio e innovación tecnológica, en consecuencia, viven inmersos hasta la ignominia en internet, les es sustancialmente familiar el uso de la tecnología bajo cualquier circunstancia de vida y tienen un acceso obsceno de manera impertinentemente inmediata a tanta información como deseen. Son llamados también generación “Y” o generación del milenio y son precedidos por otra generación que batalla para comprenderlos y que somos la generación X (1962-1984).
Me tocó en los últimos dos años de mi vida laboral convivir con esta generación. Si no los conoces puedes terminar odiándolos, pero si aprendes que, simplemente es una nueva generación, con quienes no debemos aplicar el etnocentrismo, es decir esa tendencia emocional que nos hace a los adultos anhelar en forma universal y exclusiva la aplicación uniforme de nuestro criterio para interpretar los comportamientos de otros grupos, razas o sociedades.
Querido y dilecto lector, como cultura general es importante saber que este apelativo se utilizó por primera vez, en el año 2000, y se refería a jóvenes sobre estimulados, saturados de actividades desde la niñez, en busca de satisfacción inmediata, optimistas y colaboradores.
No obstante, el término se hace del dominio público hasta el 2013, cuando en forma por demás ingeniosa y acentuadamente irónica la revista Time publica en su portada el artículo titulado: Millennials: The Me Me Me Generation, que en castellano significa: “Millennials: la generación del Yo, Yo, Yo”. En una clara alusión a la esencia egoísta de este grupo.
Podemos decir que tanto la ahora flamante secretaria Luisa María Alcalde Luján como el secretario Román Guillermo Meyer Falcón nos demuestran que los millennials tienen un mayor porcentaje de individuos con estudios de grado superior, aunque por otro lado al momento de revisar la narrativa nacional establecida por los medios de comunicación encontramos que a esta generación se les considera políticamente apáticos, con un alto dominio y consumo de redes sociales; veremos cuál será el sello de este par de secretarios de Estado con ese perfil que les antecede justa o injustamente por sus fechas de nacencia.
Por lo pronto la ahora joven secretaria LMAL proyectó los nombramientos de sus subalternos por medio de su Smartphone. Quien diga que AMLO es enteramente anacrónico se topará con este par de nombramientos para desmentirlo.
Quizá en forma a priori estos jóvenes funcionarios sean blanco de la caricaturización, cuando no el menos precio por su supuesta falta de experiencia de quienes no han entendido la magnitud de las transformaciones y se niegan a asumir que el futuro no se construye con los mismos moldes.
Se trata de no olvidar que alguna vez también fuimos jóvenes. Es lo que ocurre ahora con algunos retratos que se hacen de los millennials, que representan la frustrante incomprensión que para muchas personas, no solo mayores sino de todas las edades, tienen las transformaciones de la sociedad digital.
Por otro lado la congresista más joven de EU, Alexandria Ocasio-Cortez, es una verdadera millennial y espera que le paguen su primer sueldo antes de alquilar una vivienda en Washington D.C.
Bienvenidos millennials a los puestos de primera.
El tiempo hablará.