La mayor fosa clandestina, a 15 minutos de Veracruz

29/03/2017 – Veracruz.- El horror de la guerra entre grupos criminales toma forma a solo 15 minutos de este puerto. Aquí, durante años, miembros de la delincuencia organizada usaron un predio (del tamaño de dos campos de futbol) como cementerio clandestino. En una gigantesca fosa enterraron cientos de cadáveres, a veces completos, en ocasiones destazados.

Quienes perpetraron esto no eligieron un lugar recóndito. Gozaban de total impunidad: la fosa clandestina más grande del país está cerca de la autopista Veracruz- Xalapa, flanqueada por una zona comercial en auge. Aquí se edificó la ampliación del puerto, mediante bodegas y el traslado y depósito de contenedores en el Parque Logístico San Julián, que opera desde finales de 2015. También hay ranchos, lagunas y el fraccionamiento Colinas de Santa Fe.

Para llegar a la fosa desde la entrada principal del predio, donde se observa una malla con el letrero “no traspasar, propiedad privada”, se recorren dos kilómetros de terracería, tierras fértiles y propiedades delimitadas. También hay que cruzar por debajo de una vía de tren que conecta el Parque con al menos dos empresas ferroviarias que descargan en Veracruz.

En los alrededores, por ser una zona comercial, hay mucha vigilancia. Y a pesar de eso, los delincuentes entraron una y otra vez hasta aquí para acabar con sus víctimas: en una especie de médano, rodeado por colinas, en donde por su forma de herradura pareciera que los cuerpos fueron colocados de manera estratégica, tanto en la zona de arena como entre la vegetación, hasta ahora han sido hallados… 253 cuerpos en 125 fosas. Y, según las autoridades locales, aún resta por explorar alrededor de 30 por ciento del terreno.

“Es un lugar en el que seguramente estuvieron depositando restos por muchos años. Tan solo han sido identificados plenamente personas que fueron desaparecidas en 2013, dos servidores públicos de la fiscalía de Veracruz”, explica Roberto Campa, subsecretario de Derechos Humanos del gobierno federal.

Algunos cadáveres estaban cortados, pero la mayoría de los restos fueron embolsados y estaban completos. Incluso, a pesar del avanzado estado de descomposición, ciertos cuerpos conservaban restos de piel que permitían distinguir tatuajes, relata Lucía de los Ángeles Díaz, coordinadora del Colectivo Solecito de Veracruz, formado por madres de desaparecidos.

Pero, ¿quién descubrió este infierno? El 10 de mayo de 2016, durante una marcha en Xalapa, unos delincuentes se acercaron a donde estaban varias madres. Les entregaron un mapa con la ubicación de la fosa de Colinas de Santa Fe. Tras sortear la burocracia gubernamental y reunir fondos para comprar herramientas, el 3 de agosto los brigadistas del colectivo comenzaron la exploración en el terreno con la supervisión de autoridades locales y federales. Lucía fue de las primeras personas en presenciar la exhumación de cráneos y múltiples restos humanos.

“Aquí no los desmembraron como en otros lugares. Los restos venían casi completos, la autoridad lo tiene todo para identificarlos”, puntualiza.

Pese a lo escalofriante de sus descripciones, Lucía permanece estoica. Cansada, sí, de repetir la misma historia de dolor, pero nunca displicente. Lo único que evidencia su rabia y dolor es la voz que por momentos se adelgaza, mientras un tic nervioso se apodera de su rostro y le provoca una mueca.

Hace casi cuatro años su hijo Luis Guillermo Lagunes Díaz, conocido como el DJ Patas, fue sacado de su casa en Veracruz por un comando. Desde entonces permanece como desaparecido. Ahí convirtió su dolor en activismo.

Hay gente que ha venido a ayudar a los veracruzanos. Guadalupe Contreras, quien también tiene un hijo desaparecido, es uno de los buscadores del colectivo Los Otros Desaparecidos de Iguala, Guerrero, que ha capacitado a hombres de Veracruz para que aprendan a introducir una varilla de acero en el terreno, luego sacarla y olerla para detectar cualquier gas o coloración que indique que hay personas sepultadas.

“Colinas de Santa Fe fue sorpresivo para nosotros porque pensábamos encontrar cuerpos, pero no la cantidad que estamos encontrando”, expone el hombre de 60 años.

“Solecito es contestatario. Cuestiona al gobierno anterior y a éste, a Miguel Ángel Yunes y a su fiscal. Las autoridades nos dan excusas muy ridículas para avanzar en la identificación de los cuerpos, no lo quieren hacer “, sentencia Lucía.

A más de 200 días de la exhumación de los cadáveres de Colinas de Santa Fe, los cuerpos siguen sin ser analizados, porque las autoridades ministeriales veracruzanas carecen de los recursos para realizar las pruebas de ADN.

El gobierno local acusa que recibió una entidad en la ruina, de manos del ex gobernador Javier Duarte.

“No me lavo las manos, yo soy responsable de lo que ocurre en el gobierno de Veracruz, pero lo que hemos encontrado tiene mucho más de 111 días que es el periodo de mi gobierno”, justifica el gobernador Miguel Ángel Yunes.

Activistas aseguran que han recibido malos tratos de las autoridades. “Estamos desesperadas porque pensé que iba a haber más avances con Yunes y resulta que estamos con mucha lentitud, eso es lo que queremos decirle al fiscal, pero él no nos recibe”, lamenta Perla Damián, madre de Víctor Álvarez Damián, víctima de desaparición forzada en 2013, a los 16 años.

Este miércoles, autoridades federales y locales se reunirán con diversos colectivos de Veracruz para presentarles una estrategia a fin de agilizar el análisis.

“Llevaremos un programa para decirles en cuánto tiempo estarán identificados a 100 por ciento los restos que fueron encontrados en estas fosas y un programa también para que todas las personas que están buscando familiares en Veracruz puedan tener la garantía de que sus registros de ADN están siendo procesados al encontrar los restos”, asegura Roberto Campa.

El 21 de marzo, el fiscal de Veracruz, Jorge Winckler, declaró que hay 2 mil 600 personas desaparecidas en el estado. El Registro Nacional de Datos de Personas Extraviadas o Desaparecidas revela que la cifra es menor por mil 878 casos.

El Sistema Nacional de Seguridad Pública reporta que existen 722 denuncias por desapariciones desde 2006 a febrero de 2017. El informe explica que del total de reportes, 524 son del fuero común y 198 al fuero federal.

“Es una realidad que Veracruz está lleno de cuerpos, fosas clandestinas, no hay necesidad de que te lo imagines, se siente, se huele”, concluye Guadalupe Contreras.

Agencias