La humanidad tiene una misión; innovación para la solución Rigoberta Menchu

29/11/2015.- “Hay una misión para la humanidad en general; que todo lo que construyamos haga innovación, pero no innovación por el acaparamiento de los conocimientos humanos; sino para que resuelva problemas, luchas contra descriminación, contra el racismo”: Rigoberta Menchú Tum, Premio Nóbel de la Paz.

Mujer Maya-kiché, que nació en la aldea Laj Chimel, en Guatemala llegó puntual a su cita con los alumnos de la Universidad Tecnológica de Matamoros; entró al recinto designado para la conferencia “Derechos y Oportunidades para los estudios universitarios de los jóvenes en el siglo XXI”, acompañada de Mónica González García, representante del Gobernador de Tamaulipas, Ing. Egidio Torre Cantú; del subsecretario de Educación Media Superior y Superior, Julio Martínez Burnes y por el rector de UTM, José AntonioTovar Lara.

Los aproximadamente mil 800 asistentes reunidos para escuchar la magna conferencia de la defensora de los derechos humanos de los índigenas, le brindaron un cálido recibimiento que minutos más tarde, desde el pódium, la Premio Nóbel agradeció las muestras de cariño.

A nombre del Gobernador del Estado, la secretaria de Desarrollo Económico y Turismo del Gobierno de Tamaulipas, Mónica González García, dio la bienvenida a Rigoberta Menchú, quien dijo es una gran aliada de los tamaulipecos, mujer orgullosa de sus raíces, defensora de los derechos humanos y auténtica luchadora social de los pueblos indígenas y campesinos de Guatemala.

Enseguida el rector de la Universidad Tecnológica de Matamoros dio lectura a la reseña de la doctora Rigoberta Menchú, destacando que desde temprana edad se involucró en iniciativas sociales y en la reivindicación de los derechos de las mujeres. Protagonista de las luchas sociales en los años 80 y 90, particularmente en la defensa y denuncia de graves violaciones a los derechos humanos y de los pueblos indígenas.

Encabezó la campaña continental de los 500 años de resistencia. Dentro de los múltiples reconocimientos que ha recibido destacan: el Premio Nobel de la Paz, en 1992; la condecoración “Legión del honor en el máximo grado de Comandante” en 1996; el premio “Príncipe de Asturias de cooperación internacional”, en 1998.

La condecoración del “Aguila Azteca” en 2010; la orden cultural “Rubén Darío”, en 2010 y más de 30 doctorados “Honoris Causa” otorgados por prestigiosas universidades de américa latina, europa y asia; además de otros reconocimientos internacionales por su contribución en la búsqueda y preservación de la paz de los pueblos.

Tras la lectura de su reseña, el rector de UTM presentó a los asistentes a la Premio Nóbel de la Paz, quien de manera sencilla introdujo a los jóvenes a la plática de la vida, de grandes conocimientos adquiridos a los largo de una trayectoria de más de 35 años, haciendo alusión a que “los abuelos mayas dicen que una vida sencilla, es una vida plena”.

En medio de su conferencia agradeció al gobierno de Tamaulipas y a la Universidad Tecnológica de Matamoros la invitación para compartir sus ideas con los jóvenes a quienes motivó a superarse a alcazar su identidad.

Nunca se les olvide que todos somos oxigeno; cuando decimos hay que humanizar un poco la tecnología no es solo una ocurrencia; somos hijos de la tierra, seres vivos, gracias al agua, al oxigeno, a la tierra porque sí la tierra carece de estos medios queda la última alternativa y es buscar refugio donde encontremos agua, oxigeno y nuestra células puedan funcionar”.

La educación hoy, es saber hacer un porquito de todo; una estrategia que nos permita visualizar nuestro entorno; podemos entender el entorno de los demás sí entendemos nuestra propia naturaleza; lo que creo que yo necesita el futuro, es un liderazgo integral, que cualquier decisión favorezca la ciencia para la vida; sí hay alguien que solo quiere buscar una figuración es porque todavía le falta madurez, dijo en presencia de los atentos asistentes.

En su mensaje de motivación a los jóvenes presentes los convocó a aplicar los códigos del respeto, de responsabilidad; a provocar la felicidad en sus padres al entregarles un título profesional, a ser realistas, a respetar la naturaleza y a venerar su hogar, porque no hay mundo mejor que éste, nuestra casa, nuestro hogar.