Gaceta

Los Bomberos y su realidad

Pocos victorenses como don Armando Amín Rodríguez, dedican una parte de su vida y desde luego de sus actividades a trabajar para que los apagafuegos o los bomberos de esta capital, tuviesen las mejores condiciones para cumplir con la gran responsabilidad de salvaguardar la integridad de las personas y ayudar en caso de conflagraciones.
El empresario y ex líder de los comerciantes de Victoria y de Tamaulipas, fue por muchos años el presidente del Patronato de Bomberos y siempre pensaba en actividades o en explotar sus relaciones con dirigentes como el de otras entidades y del extranjero, pues buscaba que la ciudad tuviera el mejor cuerpo de bomberos.
El 22 de agosto es el Día del Bombero en México y se celebra desde 1873, en ocasión de que se formó el primer cuerpo de Bomberos en la ciudad de Veracruz, como reconocimiento a su entrega y trabajo a favor de la sociedad.
Con el paso de los años y tras la desaparición de generaciones como la del señor Amín Rodríguez, se dejaron de hacer actividades y cosas para mejorar la prestación del servicio de bomberos, de manera tal que, ahora dependen de las autoridades municipales, obvio, con consecuencias que rayan en la desesperación tanto del personal como de los directivos, porque jamás tienen aquello que es necesario para estar en condiciones cumplir con su chamba.
Lo hacen con las uñas, dicen algunos ciudadanos, porque al llegar a un siniestro, tienen que batallar con el equipo para actuar de inmediato y lo peor, hasta para llegar, ya que, no siempre tiene los insumos adecuados para ello, en especial la gasolina y debido a la falta de mantenimiento de las unidades, las bombas y las mangueras las dificultades generan serias complicaciones.
Y eso que estamos de vecinos por el norte, con una de las entidades de la Unión Americana, que no repara en recursos y la formación de profesionales para prestar un servicio de bomberos de alta calidad y con oportunidad.
En los Estados Unidos, la actividad de bombero es una de las bien pagadas y en la que, los ciudadanos tienen plena confianza.
Esto debería acontecer también en México, sin embargo, no es ni será nunca así, porque los cuerpos de Bomberos de las ciudades viven en medio de grandes necesidades que no se satisfacen nunca. Vale decir que, para equipar a los Bomberos, en muchas ciudades del país se busca hermanar a las ciudades mexicanas con algunas de los Estados Unidos, a fin de que, las unidades motrices que los de allá den de baja porque ya no son efectivas, las donen a los de acá para que las aprovechen y les saquen el jugo que les queda para servir en caso de incendios.
Son contados los alcaldes de Tamaulipas que voltean a ver a los Bomberos para establecer una nueva policía de apoyo y, quizá no lo hacen, porque la falta de recursos no les permitirá resolver ni la compra de cascos, uniformes, mejoramiento del equipo o la compra del mismo, así que, las semanas y los meses pasan de manera inexorable para los Bomberos, quienes con el Jesús en la boca esperan siempre que no haya incendios en virtud de que, pueden quedar mal con los damnificados.
La realidad de los Cuerpos de Bomberos en casi todo el país es dura y trabajan con apenas el mínimo y comprobarlo solo implica pasar por la estación en la que están los vehículos o bien, pasarse en la calle cuando una de las pipas pasa para dirigirse a otorgar un servicio, porque se trata de unidades viejas, que no puede con velocidad y mientras transita, se aprecia el hilo de agua que deja en el pavimento debido a las rupturas de los tanques o de las mangueras.