Gaceta

Muñoz Ledo en evidencia

Con tal de no arriesgarse a perder lo ganado dentro de dos años, los del partido Regeneración Nacional de Baja California siguieron montados en su macho y darle para adelante a la llamada Ley Bonilla, para que el gobernador electo por dos años, se quede cinco.
Con la mano en la cintura, los diputados del Congreso local de aquella entidad norteña, rechazaron la intromisión de la Comisión Permanente del Congreso de la Unión, que los había llamado para que dejaran sin efecto la ley a través de la cual se amplía el periodo de gobierno.
Saben que van a perder en la próxima elección de gobernador, por eso, se valieron de los diputados del Congreso local para quedarse tres años más, mientras hacen crecer al partido en Baja California, dado que el PAN se reorganiza ya para recuperar ese bastión que tenían desde que Ernesto Ruffo Appel le ganó la elección a Margarita Ortega del PRI, hace más de 25 años.
La gubernatura por dos años se definió tras la armonización de las leyes estatales con las federales, a efecto de que, se alineen las fechas de votación, es decir, que las elecciones locales fueran concurrentes con las federales, situación que se da en todas las entidades del país.
Ahora quienes quedan bien son las autoridades locales, en tanto que el resto, incluidas las de la Federación y los legisladores del Congreso de la Unión evidencian la falta de poder y evitar con ello arbitrariedades.
Obvio, estos últimos tendrán que pasar el trago amargo, porque a través de otra línea, hay entendimiento entre Jaime Bonilla Valdez y los colaboradores cercanos del presidente Don Andrés Manuel López Obrador, quienes deben alentar el proceder arbitrario y fuera de la ley, para ganarle tiempo al tiempo.
Las elecciones para elegir al sustituto de Bonilla Valdez, serían en junio de 2021 y ahora, con la ratificación para ampliar el periodo a cinco años, serán hasta el 2024, al mismo tiempo que las elecciones federales en las que se elegirá presidente de la república, senadores y diputados federales.
Si una situación de esta naturaleza se hubiese presentado con los mismos de más de 70 años en el poder o bien con aquellos que llegaron a la primera alternancia en el poder federal, la reversa fuere inmediata, pero, como se trata de Regeneración Nacional, lo dejan pasar y en apariencia no pasa nada, pero, cuando en realidad se vulnera el Estado de derecho y de paso acaba con el ejercicio de alinear las elecciones, para que los mexicanos puedan tener menos procesos electorales.
El presidente de los diputados, Porfirio Muñoz Ledo, había dicho que se desaparecerían los poderes en Baja California, en caso de que el Congreso local no diera marcha a la Ley Bonilla, con la que se busca favorecer al gobernador electo, a pesar de que, en la elección del pasado dos de junio, los habitantes de Baja California votaron para tener mandatario por dos años.
Desde luego, esto todavía no termina y aunque los bajacalifornianos no digan nada, porque no pueden ponerse en contra del gobernador y del partido Regeneración, la quemazón y la ilegitimidad no se la quitarán nunca, porque resultar electo para dos años y estar cinco en el gobierno es antidemocrático, es burlarse de la voluntad de los ciudadanos.
Será un gobernador legítimo por dos años e ilegítimo por tres y quedará en la historia como el mandatario que, de entrada, hizo lo que le dio la gana, entre otras cosas, mandar por un tubo las sugerencias y advertencias de la Comisión Permanente del Congreso de la Unión.

Los otros
Está bien que Ivonne Ortega Pacheco, la ex gobernadora de Yucatán, ande en campaña para tratar de llegar a la dirigencia nacional de su partido el PRI, pero, está mal que trate de remover las causas de la derrota en las elecciones locales de 2016, cuando perdió el licenciado Baltazar Hinojosa Ochoa.