Gaceta

Plan Nacional de Desarrollo anula neoliberalismo

De hace unos días a la fecha se habla mucho del Plan Nacional de Desarrollo del Gobierno de la República, con la particularidad de que son más las críticas que las coincidencias.
Decir que tiene metas claras y buenas, es un acierto, sin embargo, pensar en que puedan lograrse, es difícil, sobre todo, si la administración lopezobradorista parte de la descalificación de los recientes Planes de Desarrollo.
Se parte de la premisa que, del sexenio del presidente Miguel de la Madrid Hurtado para acá, se dio cabida a las políticas neoliberales provenientes desde el sexenio que le antecedió, el del presidente Carlos Salinas de Gortari.
Obvio, hay poderosas razones para denostar ese tipo de documentos desde 1988, porque durante los últimos 20 años que el presidente Andrés López Obrador ha dedicado a condenar el neoliberalismo para lograr que su proyecto de izquierda fructificara y se convirtiese en líneas de acción encaminadas a lograr eso que él llama, cuarta transformación.
El documento enviado a la Cámara de Diputados y que contiene el Plan Nacional de Desarrollo del actual Gobierno, se señala que el neoliberalismo se significó por el desmantelamiento sostenido de la presencia del sector público y la dramática reducción del sector social, la apertura comercial indiscriminada la desregulación de todos los frentes, reducción de los derechos y conquistas laborales.
Se da peso a la eliminación de los subsidios generales y su reemplazo por sistemas clientelares focalizados en los sectores más desprotegidos, que se dividieron las facultades gubernamentales a través de comisiones y organismos autónomos, así como, la abdicación del Gobierno en varias instancias internacionales, como respuesta a la inserción del país en la economía global.
El documento del titular del Poder Ejecutivo Federal precisa que el neoliberalismo no fue la salida de las crisis, sino su ahondamiento en todos los sentidos y se apoya en los indicadores de crecimiento, el aumento de la deuda externa, la pérdida del poder adquisitivo del peso, de los salarios y el crecimiento desigual, la pobreza y la marginación.
Como estocada al neoliberalismo, el Nuevo Plan Nacional de Desarrollo contiene afirmaciones de que el modelo en lugar de superar los elementos inaceptables del desarrollo estabilizador, los maximizo, como son la corrupción, las débiles tasas de crecimiento económico, elementos que llevaron al retraso generalizado de las políticas económicas, cuyo impacto está en la marginación, pobreza y desigualdad.
Apunta también que los gobiernos que hubo desde 1982 al 2018, recurrieron a la simulación generalizada como factor de incumplimiento de la Constitución y sus leyes fundamentales y se hizo desde el discurso, ya que, a la manipulación se le denominó Solidaridad, que fue el programa clave del presidente Salinas de Gortari, al saqueo se le consideró rescate, la opacidad y el encubrimiento se llamaron confidencialidad, información reservada y protección de datos personales, se le llamó desincorporación y a la corrupción se le disfrazó de licitaciones y adjudicación de contratos.
El cúmulo de consideraciones negativas de los sexenios anteriores, es llamada por la nueva administración como la oportunidad histórica para dejar detrás en forma tajante las acciones que han afectado de manera directa al pueblo de México y comenzar a cambiarlas por un modelo postliberal, en el cual, el futuro tenga rumbo y en el que, pueda notarse que la modernidad puede forjarse desde abajo y sin excluir a nadie.
Dice el Plan Nacional de Desarrollo propuesto, que se actuará con honradez y honestidad, que la economía de la nación será para el bienestar de la población, que, desde una perspectiva de inclusión todo mundo estará dentro del esquema del Gobierno y a nadie se dejará atrás.