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Mujeres

7/03/2019 – En ocasión del Día Internacional de la Mujer a celebrarse este viernes, la Organización Mundial de la Salud consideró un enunciado que va muy a tono con el avance que las mujeres tienen en los espacios de las naciones, «pensemos en igualdad, construyamos con inteligencia e innovemos para el cambio».
Obvio, habrá reconocimientos de todo tipo, se harán homenajes, se hablará del giro positivo que tienen las mujeres en la sociedad, política, empresas y desde luego el rol incansable de llevar el hogar y conducir a la familia por el mejor de los caminos, hasta construir comunidades diferentes.
El término innovación para el cambio se considera como una acción lógica a los espacios que tienen a partir de la equidad de género y de la paridad, mismos que, forman parte de las legislaciones en muchos países del mundo y en espacial en México.
En Tamaulipas también se incorporan este tipo de elementos, por ello, cada vez son más las mujeres que realizan actividades a la par con los hombres, aunque, es más notorio cuando están en el mercado laboral de las empresas, en la política, función pública, academia, en la investigación y, lo más valioso, sin dejar el hogar, que se mantiene como la base desde la que se construyen las familias en esta entidad.
El Día Internacional de la Mujer, debería de enfocarse en todo aquello positivo que dieron y darán las luchas que las mujeres organizadas llevan a cabo, sin embargo, siempre aparecen los datos negros, aquellos relacionados con la desigualdades, la discriminación y hasta la violencia.
Se trata esto último, de sombras que deberán eliminarse con la mayor velocidad posible, para que la innovación propuesta por la ONU, impulse más la carrera por la igualdad de género prevista al cien para el año 2030, pues consideran que para entonces se asegurará que las necesidades y experiencias de las mujeres estén integradas en el propio origen de la tecnología y las innovaciones.
En el terreno laboral de las mujeres, hay afirmaciones como las realizadas por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, OCDE, en el sentido de que, el aumento de la participación de las mujeres en la fuerza de trabajo incrementó los niveles de crecimiento económico de las naciones, pero, además genera un efecto multiplicador en la sociedad.
Ello, debido a que las mujeres destinan hasta un 70 por ciento de sus ganancias a la comunidad y sus familias, mientras que, los hombres apenas el 40 por ciento.
La mujer es el eje de las buenas acciones en la sociedad, si los ingresos al hogar son controlados por ellas y a la par mejora las condiciones de salud y de educación.
Además, están en la función pública y en los cargos de elección, algo que se ve demasiado bien, ya que las cámaras del Congreso de la Unión tienen en su poder la mitad de las posiciones y conquistan con su capacidad espacios relevantes en la iniciativa privada, en cualquier nivel de la productividad, desde obreras hasta altas directivas y por qué no, hasta en calidad de dueñas de negocios.
En esto de la representación parlamentaria, México ocupa el cuarto lugar en el ranking de 20 países del mundo con más mujeres en las cámaras, ya que, de 500 puestos de diputados federales, 241 están en sus manos, es decir, el 48. 2 por ciento, mientras que, por arriba se ubican Bolivia con el 53.1 por ciento de los cargos, Cuba con el 53.2 y Ruanda que tiene el primer lugar, lo hace con el 61.3 por ciento.
Por debajo de México, están Granada, Namibia, Suecia, Nicaragua, Costa Rica, Sudáfrica, Finlandia, Noruega y Francia.
También Mozambique, España, Argentina, Etiopía, Nueva Zelanda y Macedonia, de manera que, conquistas como la equidad de género y la paridad previstas en la legislación electoral de México, aportan resultados efectivos.
Por el tipo de lucha que las mujeres libran en el mundo, hay quienes consideran que se ha pasado de las conquistas para estar a la par con los varones, a un feminismo marcado en varios países del mundo demandado por ellas y con medianas implicaciones de los varones, ya que, según estudios que se realizaron en Europa, señalan que sólo una tercera parte de los hombres pueden estar implicados a favor del feminismo, mientras que, más de la mitad de las mujeres respalda esa corriente.
Además, estar de acuerdo con la lucha feminista de las mujeres tiene que ver con la edad en la que se encuentran, porque son más feministas jóvenes de entre 18 y 24 años y las 55 a 64 años de edad, quizá porque en esta etapa de su vida, pueden dedicar más tiempo a dar ese tipo de batalla.
De entre 35 y 54 años, las mujeres dejan de participar en esto del feminismo, en virtud de que viven una etapa en la cual tienen que dedicarse más a la familia, su concepción, formación y consolidación.