Filtran textos entre ex agente de la PF y líder de los Beltrán Leyva

6/04/17.-Un ex enlace mexicano de alto nivel con la agencia antidrogas estadounidense (DEA) es procesado en Estados Unidos por pasar información al cartel de las drogas de los hermanos Beltrán Leyva durante al menos siete años a cambio de millones de dólares.

Iván Reyes Arzate, quien se entregó a las autoridades estadounidenses en Chicago, era el comandante de una unidad de inteligencia especial que compartía información tanto con la DEA como con el Departamento de Justicia de Estados Unidos, según la acusación revelada el miércoles por una corte de distrito del Illinois.

Horas antes de que dicha corte informara del proceso contra Reyes Arzate, el comisionado de la Policía Federal de México, Manelich Castilla, informó del caso pero sin especificar el nombre ni cargo del mismo. Castilla sólo dijo que el “expolicía” fue separado de su cargo en noviembre y que se entregó recientemente a las autoridades estadounidenses en Chicago.

La acusación estadounidense va, sin embargo, mucho más allá. Detalla que Reyes Arzate, de 45 años, lideró durante varios años una unidad de investigaciones especiales de la Policía Federal y, como jefe de la misma, era “el principal enlace de información” con las autoridades estadounidenses.

Según un ex policía federal que pidió el anonimato porque ya no forma parte de ese cuerpo, Reyes Arzate estaba en el tercer nivel de mano de dicha corporación.

Sin embargo, trabajó también para el cártel de los Beltrán Leyva al menos desde 2009, ya que la acusación asegura que mantuvo encuentros directos con su líder, Arturo Beltrán, y este capo murió abatido por las fuerzas federales mexicanas en diciembre de ese año.

Las unidades especiales, llamadas SIU por sus siglas en inglés (Sensitive Investigative Unit) surgieron en los años 90 para tener grupos de plena confianza con los que Estados Unidos pudiera intercambiar la información más delicada.

Por ese motivo, sus mandos eran entrenados e investigados previamente por los estadounidenses quienes, además, se encargaban de los controles de confianza y los exámenes del polígrafo. No obstante, según la acusación, “algunos comandantes senior” de esas unidades quedaron exentos de tales pruebas.

El resultado, al menos en este caso, fue la infiltración.

Reyes Arzate era un funcionario con acceso a información confidencial y delicada de la lucha contra el crimen organizado que supervisó operaciones que conllevaron numerosas detenciones, “incluidas las de múltiples miembros del Cártel de Sinaloa acusados en este distrito”, dice la acusación sin especificar.

Sin embargo, al mismo tiempo, facilitaba información a los Beltrán Leyva a cambio de pagos regulares que sumaron millones de dólares y conspiraba para “obstruir, influir e impedir” cualquier investigación que les afectara.

Estos fueron los mensajes que Reyes remitió a la DEA:

—DEA: Se van a reunir en el Sonora Grill… la reunión inicia a las 6.

—Reyes: Está bien. Ya mandé gente y harán todo lo que sea posible. Cuando pasen estas cosas, por favor avísame.

—DEA: Y este es el departamento… Calle Lago Neuchatel 12. Col. Ampliación Granada, departamento 901. El hombre de en medio y el de la derecha viven ahí. (Envía foto) La foto es de hace unos meses en Cancún.

Reyes se comunicó más tarde ese mismo día con el narcotraficante para darle detalles de que había otra persona en la foto que había sido cortada. Ese era el infiltrado del que se tenían que cuidar.

Estos fueron los mensajes de Iván Reyes y el narcotraficante:

—Reyes: Sobre el asunto de ayer. ¿Qué crees? Eres tú.

—Narco: ¿De qué teléfono? ¿Me deshago de ellos?

—Reyes: Están interceptado comunicaciones… Deshazte de ellos. Oye (tenía la misma foto). Eres tú.

—Narco: ¿Ya lleva un rato?

—Reyes: Desde abril supuestamente. Saben que estás aquí y quieren ver con quién andas…Están escuchando a uno de tus muchachos… Ten cuidado y fíjate si sales. No veas a nadie en público por unos días.

—Narco: ¿Recomiendas que me vaya (de la Ciudad de México)?

—Reyes: Espera un poco y si te puedes mover hazlo.

Al día siguiente, el entonces mando de la PF intercambia estos mensajes con la DEA.

—DEA: ¿Cómo les fue con la vigilancia?

Reyes: Ya no entregamos a nadie. Nos tomó dos horas llegar.

Tres días después, el 12 de septiembre, Reyes se comunicó otra vez con el narcotraficante para ponerse de acuerdo y verse con un policía que colaboraría con el cártel.

—Reyes: Ya te tengo una respuesta.

—Narco: ¿Cómo lo hacemos? ¿Nos vemos a las 3 donde me dijiste?

—Reyes: Ya hablé con el tipo. Le dije que lo apoyarían (con dinero). No digas nada porque me dice que la información viene de una fuente que estaba sentada al lado de ti el día de la foto (aunque no aparece).

Reyes Arzate reconoció haberse reunido con un capo pero negó haberle dado información.

Más allá de las escuchas realizadas al funcionario, la acusación ofrece el testimonio de una fuente anónima que explica cómo el expolicía mantenía reuniones “mensuales” con Arturo Beltrán Leyva, en las que también estaban “funcionarios de alto rango del gobierno mexicano y agentes de seguridad” y en las que todos recibían “millones de dólares” para garantizar su lealtad y que protegieran los intereses del cártel.

Agencias