EU habilita línea telefónica para denunciar a sacerdotes

20/09/2018 – Una «línea directa» para denuncias de abuso sexual, un código de conducta: los obispos estadunidenses han anunciado las primeras medidas tras el escándalo que llevó a la destitución del cardenal Theodore McCarrick en julio.

Una «línea directa» para denuncias de abuso sexual, un código de conducta: los obispos estadunidenses han anunciado las primeras medidas tras el escándalo que llevó a la destitución del cardenal Theodore McCarrick en julio.

El papel que ejercerá la Iglesia en la gestión de estas quejas no queda claro, sin embargo. De acuerdo con el comunicado, esos terceros «se las comunicarán a las autoridades eclesiásticas competentes y, como exige la ley, a las autoridades civiles».

La Conferencia Episcopal también trabaja en la elaboración de un «código de conducta» para los obispos en casos de abuso sexual, que también instruirá sobre cómo abordar la «negligencia» frente a tales situaciones.

Los obispos también se comprometieron a «apoyar una investigación completa» sobre el cardenal McCarrick en todos los abusos que podría haber cometido no solamente contra los menores sino también contra sacerdotes o seminaristas, y sobre cómo se manejaron las denuncias contra él.

La Conferencia Episcopal asegura que estas medidas «son sólo el comienzo» y que se realizan consultas que llevarán a «otras medidas para reparar el escándalo y restablecer la justicia». «Algunos obispos, con sus acciones u omisiones, causaron un gran daño a las personas y a la Iglesia en su conjunto», señaló. «Utilizaron su autoridad y el poder para manipular y abusar sexualmente de otras personas.

Dejaron que el miedo al escándalo reemplazara el cuidado y la preocupación por quienes fueron abusados». Las medidas anunciadas son una respuesta al escándalo del cardenal McCarrick, uno de los cardenales estadunidenses más conocidos internacionalmente, que renunció en julio a los 88 años después de las acusaciones de abuso sexual de un menor, y las revelaciones sobre pagos a dos jóvenes seminaristas que también lo acusaron de abuso.

El escándalo, que se sumó a un informe demoledor de décadas de abusos sexuales en la Iglesia de Pensilvania, ha sacudido a la Iglesia católica de Estados Unidos.

Agencias