Encuentran tiburón «prehistórico» vivo en Portugal

Portugal, 14/11/17.- Un grupo de investigadores del proyecto MINOUW, patrocinado por la Unión Europea, localizó el pasado mes de agosto en la costa de Portugal, de forma accidental, un tiburón que pertenece a una de las especies que los científicos denominan ‘fósiles vivientes. En este caso, se trata de un ejemplar adulto de Chlamydoselachus anguineus, una especie que los científicos consideran que ha permanecido casi inalterable desde hace al menos 95 millones de años.

Según detalla el Instituto Portugués del Mar y la Atmósfera en una nota oficial publicada el 6 de noviembre, un grupo de científicos del MINOUW se encontraban en una misión liderada por la UE para encontrar formas de reducir el número de capturas accidentales cuando se toparon con el ancestral animal en la costa del Algarve, cerca del complejo de Portimao. El grupo quedó sorprendido por la captura accidental en las redes de pesca de un ejemplar muy poco habitual en estas aguas.

Esta especie de tiburón tiene cierto parecido a las anguilas, pero cuentan con seis pares de hendiduras branquiales y 300 dientes tricúspides. Además, su período de gestación es más largo que el de cualquier otra criatura viviente.

Samuel Garman, uno de los primeros científicos en estudiar el animal, allá por 1883, creía que sus cualidades inspiraban leyendas de las serpientes de mar.

Las cualidades de este animal inspiraban leyendas de las serpientes de mar.

La criatura, que pertenece a una especie conocida científicamente como Chlamydoselachus anguineus, apenas ha cambiado desde tiempos prehistóricos.

Aunque se le considera como un “fósil viviente”, el tiburón anguila es una especie que se encuentra bastante distribuida geográficamente: desde Angola hasta Chile, de Guyana a Nueva Zelanda, de España a Japón. No obstante, se conoce pocos deetalles sobre sus hábitos de vida y el tamaño de su población. En parte eso se debe a que vive usualmente a grandes profundidades, lo que hace difícil verle y hacerle seguimiento.

La criatura apenas ha cambiado desde tiempos prehistóricos por la falta de nutrientes que se encuentran en las aguas profundas.

Agencias