En Concreto

Edgar, el último cartucho

Con EDGAR MELHEM en la presidencia estatal, el PRI-Tamaulipas se juega su última carta.
Político brioso, sólido, propositivo y de reconocida vocación de servicio, el ex diputado federal riobravense Viene-Con-Todo a la presidencia del Comité Directivo estatal, después de una larga trayectoria en la administración pública y cargos de elección popular, a los que imprimió prestigioso brillo.
Político químicamente puro, EDGAR nació literalmente en el servicio público y supo del ejercicio del poder desde la cuna, pues su abuelo, SANTIAGO SALINAS GONZÁLEZ, fue en 1962 el primer presidente de la Junta de Administración Civil de Río Bravo, mientras que su padre, MUSSI MELHEM KURI, encabezó en 1977 un movimiento social que desterró de tajo en Río Bravo el canturrocismo, pues desalojó -ahora sí que literalmente a sangre y fuego-, a quienes mantenían secuestrado el palacio municipal, so pretexto de fraude en las elecciones de 1977, que ganó el popular árabe riobravense.
Pero, además: MUSSI transformó a Río Bravo en el segundo trienio del ex gobernador ENRIQUE CÁRDENAS GONZÁLEZ, y en su Administración construyó la primera planta potabilizadora y pavimentó decenas de calles en colonias ancestralmente olvidadas.
Toda esa herencia política pesa sobre los hombros del futuro presidente estatal del PRI, quien tiene tras de sí un formidable respaldo social de la base priísta, y un compacto Grupo Político formado con seguidores de los últimos gobernadores tamaulipecos, de ENRIQUE CÁRDENAS GONZÁLEZ, a la fecha.
Particularmente, consolidado con figuras señeras del ex gobernador EUGENIO HERNÁNDEZ FLORES.
Pero, a pesar de todo ese sólido antecedente político, EDGAR asumirá un PRI en ruinas; literalmente en quiebra y con un rezago social difícil de superar en el corto plazo.
Es decir, No-Se-Ve-Fácil que EDGAR haga remontar al PRI en los comicios del 2021.
Le queda la opción largamente acariciada en lo íntimo por azules y tricolores: una alianza táctica con candidatos comunes en algunas alcaldías y distritos locales y federales, pues el PAN necesita la suma del PRI para arremeter contra Morena en las elecciones del 2021, y el PRI requiere la fortaleza albiazul para empezar a recuperar espacios en la geografía política tamaulipeca, pues No-Se-Olvide que el Revolucionario Institucional No-Es-Gobierno ni en el estado ni en la federación, de ahí que EDGAR tendrá que ir tejiendo alianzas tácticas rumbo a la contienda que viene.
EDGAR conoce las ecuaciones del poder y su sensibilidad lo hará tomar las mejores decisiones, sin olvidar que muchos contemporáneos suyos se subirán a ese barco e indudablemente tendrán parte en la distribución de candidaturas.
En Reynosa, CARLOS SOLÍS GÓMEZ, un joven político de amplia aceptación social y muy querido en la cúpula priísta reynosense, está en la lista de espera.
CARLOS y EDGAR son ramificaciones de los núcleos de poder surgidos en los setentas con el gobierno de CÁRDENAS GONZÁLEZ.
Hay otras que no surgieron por aquellas fechas, pero ahí están, con EDGAR: ellas son COPITZI YESENIA HERNÁNDEZ y VERÓNICA SERNA GALLARDO.
Por citar algunas.
Ellas -y ellos-, sumarán su capital político -y el otro, el de pesos y centavos-, a un PRI urgido de «activos» y de valores.
… Usted me entiende.
Por cierto, EDGAR llevará como compañera en la Secretaría General a la ex candidata priísta a diputada local por Madero, MAYRA OJEDA, quien llega a esa posición a propuesta de CÁRDENAS DEL AVELLANO.
Hasta donde sabemos: EDGAR llega como “candidato de unidad” y eso cancela la elección programada, por lo que el 15 de diciembre Tamaulipas tendrá presidente estatal del PRI.
Por hoy es todo, nos leemos mañana.