Despiden a víctimas de ataque en bar de Coatzacoalcos

Paulatinamente y conforme transcurre la tarde, comienzan a llegar a los tres panteones de Coatzacoalcos, Veracruz, los cuerpos de algunas de las 29 personas que fallecieron tras el ataque en el bar Caballo Blanco y que se prevé sean enterrados en esta ciudad.

Tal es el caso del Panteón Municipal Antiguo, al cual se prevé que lleguen este jueves nueve cuerpos para ser enterrados, en tanto que de otros 12 se espera que sean enterrados en otros o dos panteones o incluso fuera de Coatzacoalcos, según reveló el encargado del lugar.

Para mañana, dijo, “no tenemos registrado de momento ningún entierro, salvo uno. Pero ese fue por muerte natural”, comenta mientras que reflexiona que todavía siguen entregando algunos cuerpos y probablemente se reporte algún fallecimiento más en las próximas horas.

Así, desde las 15:00 horas, comenzaron a llegar los féretros acompañados de familiares y amigos, que una vez más reavivan el dolor de haber perdido a un ser querido, y con dolor llevan los ataúdes a una capilla para hacer las últimas oraciones antes del último adiós.

Tras una jornada dura, desde que tuvieron conocimiento del ataque, pasando por un largo peregrinar buscando que les entregaran los cuerpos, y finalmente velarlos en sus casas, es inevitable para muchos soltar el llanto más doloroso de las últimas 48 horas.

No falta quienes molestos reclaman a los medios que esperan para registrar los hechos gritando: “Dejen de lucrar con la muerte. Ya déjenos en paz”.

Entre los cuerpos que han llegado está el de Xóchitl Nayeli Irineo Gómez, cuya familia recuerda con dolor a la bailarina que con su trabajo mantenía a sus dos hijos y financiaba sus estudios en leyes, ya que su sueño “era ser abogada”, como afirma su padre, Abraham.

Así, tras ser recibidos en la capilla de la entrada, finalmente los ataúdes son llevados con cariño y en hombros hasta uno de los todavía 70 lugares disponibles en el panteón.

De esta manera, entre cantos y rezos, el panteón recibe entre espacios de 30 minutos a los cuerpos de quienes sólo con el fin de pasar un rato de espaciamiento acudieron un martes al centro nocturno “Caballo Blanco”.

Agencias