Desde Los Pinos, guerra sucia contra la prensa

En junio de 2012, en plena campaña presidencial, la corresponsal de The Guardian Jo Tuckman investigó y publicó documentos para respaldar el vínculo entre Televisa y Enrique Peña Nieto, entonces candidato presidencial del PRI, muy similares, pero diferentes en sus montos y especificaciones a los contratos que Procesopublicó desde octubre de 2005.

16/08/2016 – CIUDAD DE MÉXICO.- Según el gobierno federal, los medios internacionales que investigan las propiedades inmobiliarias del primer círculo presidencial “faltan a la verdad”, especulan “de manera dolosa” y hasta “orientan a sus reporteros a predecir el futuro”, como en el caso reciente de The Guardian, o “carecen de rigor” al hacer la conversión de “viejos” a “nuevos pesos”, como sucedió con la agencia Reuters, o ignoran que al primer mandatario mexicano “no le corresponde participar en los procesos de asignación de contratos”, en respuesta a The Wall Street Journal.
Esas son las expresiones utilizadas por el vocero presidencial, Eduardo Sánchez, quien desacredita de forma automática, pero no aclara las dudas y menos aporta información. El regaño, los reproches, el silencio o la descalificación han sido el “recurso del método” de Sánchez para enfrentar los crecientes escándalos en torno a las propiedades inmobiliarias de la primera dama, Angélica Rivera; del presidente, Enrique Peña Nieto, y hasta del secretario de Hacienda, Luis Videgaray, exhibido por The Wall Street Journal y la agencia Bloomberg.

El caso más reciente ocurrió con el periódico británico The Guardian, a raíz de la publicación de un reportaje firmado por los reporteros José Luis Montenegro y Julio C. Roa. El texto revela que el empresario mexicano Ricardo Pierdant, amigo de Peña Nieto desde sus tiempos de estudiantes en la Universidad Panamericana, pagó 29 mil dólares de impuestos correspondientes al departamento que aparece como propiedad de Angélica Rivera.
Según el reportaje, Rivera ocupa no sólo el departamento 304 (que adquirió desde 2005 por 1.8 millones de dólares), sino también el 404, adquirido en 2009 por Pierdant y registrado a nombre de la empresa Biscayne Ocean Holdings. Ambos están en la misma torre de condominios en Key Biscayne, una de las zonas más exclusivas de Miami.

“Potencial contratista”

Pierdant es señalado en el texto como un “potencial contratista” del gobierno federal porque “hay reportes de que una de las compañías del empresario, Grupo Pierdant, está en la contienda para ganar contratos gubernamentales que le permitan desarrollar puertos marítimos en México”.
En Estados Unidos, Pierdant es cofundador de la empresa DecoBikes, un programa para compartir bicicletas en Miami y San Diego. “El aparente conflicto de interés entre su otra compañía, Grupo Pierdant, y la primera dama, hace eco del ocurrido con la Casa Blanca”, anotó The Guardian.
Antes de la publicación de este reportaje, el área de investigación de la cadena televisiva Univisión reveló que Angélica Rivera liquidó los 1.3 millones de dólares que le restaban a su adeudo inmobiliario por 35 años en 2011, “dos meses después de haber contraído matrimonio con Peña Nieto”.
Pierdant no respondió ni a The Guardian ni a Univisión cuando le solicitaron aclarar por qué la compañía Biscayne Ocean Holdings, de su propiedad, pagó los impuestos del departamento 304 en el condominio Ocean Tower One.
“Después de ese pago de marzo de 2014, en que la compañía de Pierdant liquidó los impuestos de ambos departamentos, los años siguientes la empresa de la primera dama ha cubierto los suyos. Pierdant, por su parte, adeuda actualmente al condado de Miami 86 mil dólares de los impuestos del apartamento a nombre de una compañía de él, por los años fiscales 2014 y 2015, según registros públicos de Miami-Dade”, abundó la nota de Univisión, firmada por Gerardo Reyes, Peniley Ramírez y David Adams.

La disputa con “The Guardian”

El mismo martes 9 que se publicó el reportaje de The Guardian, Eduardo Sánchez arremetió contra el medio británico, pero no respondió la duda fundamental: por qué y a cambio de qué Pierdant pagó los impuestos de una propiedad de Rivera.
Sánchez afirmó que era “falso” que el departamento referido sea “el hogar” de Rivera y consideró como “una especulación a todas luces dolosa” afirmar que Pierdant sea un “contratista potencial” del gobierno. “El señor Pierdant no ha celebrado contratos con el gobierno de la República y tampoco participa en algún proceso en curso”, sentenció el vocero.
“Lamento que The Guardian oriente a sus reporteros a predecir el futuro, más que a confirmar la veracidad de su información”, arremetió Sánchez y desacreditó la veracidad del medio.
“En el pasado reciente, The Guardian ha publicado información sobre temas relacionados con nuestro país que ha sido desmentida. En algún caso, tuvo que ofrecer disculpas a sus lectores porque no pudo sostener la veracidad de lo publicado. Siento mucho la falta de profesionalismo de este medio que afecta, sobre todo, a sus lectores”, pontificó el vocero presidencial, exresponsable jurídico de Grupo MVS y exdiputado federal priista.
Consultada por Procesoante esta afirmación, la vocera de Guardian News & Media, Katie Thompson, afirmó lo siguiente:
“The Guardian mantiene una profunda responsabilidad al reportear en México. Reafirmamos esta historia y jamás hemos pedido disculpas por ninguno de nuestros reportajes previos en México.”
En junio de 2012, en plena campaña presidencial, la corresponsal de The Guardian Jo Tuckman investigó y publicó documentos para respaldar el vínculo entre Televisa y Enrique Peña Nieto, entonces candidato presidencial del PRI, muy similares, pero diferentes en sus montos y especificaciones a los contratos que Procesopublicó desde octubre de 2005.
Tuckman también dio a conocer el llamado Equipo Handcock, un grupo secreto dentro de Televisa que trabajaba para la campaña de Peña Nieto y de otros priistas en el Estado de México. La unidad estaba comandada por Alejandra Lagunes, exdirectiva de Google y actual responsable de la comunicación digital del gobierno federal.
Grupo Televisa amenazó a The Guardian con un juicio por difamación para la compañía británica. Además, el entonces embajador de México en Gran Bretaña, Eduardo Medina Mora, cabildeó para provocar un desmentido del rotativo, cosa que no ocurrió.
El 3 de febrero de 2013, The Guardian no publicó una “disculpa”, sino un documento de aclaración señalando que sus reportajes no tuvieron la intención “de sugerir que estos documentos constituían una prueba concluyente de parcialidad o sesgo informativo por parte de Televisa”.
Cuando el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación emitió el dictamen mediante el que exoneró a la campaña de Peña Nieto de gastos irregulares o de trato preferencial con Televisa, The Guardian afirmó que aceptaba la resolución de los tribunales mexicanos.
Los reportajes de la edición online y de la versión impresa de The Guardian no fueron bajados ni modificados, según aclararon a Procesofuentes del propio grupo editorial británico.

Jenaro Villamil/Proceso