Desafío

*Nuevos “Valores”
*Renato y Londres

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Claudia Sheinbaum, en compañía de Esteban Moctezuma Barragán quien mantiene su linaje como heredero del emperador azteca que no pudo contener a las hordas de Cortés en compañía de los pueblos indígenas esclavizados por los aztecas, ha decidido que los niños pueden llevar faldas al colegio y las niñas, claro, pantalones. No entiendo qué necesidad existe para crear una polvareda de dimes y diretes en torno a un derecho de los padres de familia: el privilegio de educar a sus hijos sin modificar su género ni estimular tendencias ajenas a su naturaleza misma.
N soy homofóbico ni estoy en contra, al contrario, del movimiento LGTTT que ha cobrado nuevo impulso tras la llegada de algunos personajes afines al poder y deseosos de crear su propio universo en el cual los heterosexuales deben pagar por las afrentas infringidas del pasado a quienes mantenían preferencias sexuales diversas; si la discriminación es inadmisible en esta nueva centuria, la incitación a modificar la genética de los seres humanos, desde pequeños cuando aún el raciocinio está surgiendo, es un verdadero atentado contra los derechos humanos.
¿Qué sigue? ¿Posibilitar que los padres o los médicos dispongan el sexo de los bebés recién nacidos, capándolos cuando se supone sienten menos dolor, o injertándoles a las pequeñitas el órgano viril para modificar esencia, origen… y a la naturaleza a la que tanto rinden pleitesía evitando la tala de árboles -¡muy bien!-, pero no las castraciones químicas como proponen algunos legisladores para el caso de los violadores y pederastas. En este sentido no pocos legisladores dejarían sus curules y escaños acusados por ello.
La barbarie impera. Quizá Jaime Rodríguez Caderón, “El Bronco”, acaso el gobernador que más se ha ganado la simpatía del presidente de la República incluso sobre los correligionarios de éste, fue el que abrió la puerta para cercenar a los seres humanos –caparlos como si fueran bueyes o con injertos que difícilmente pueden adaptarse al cuerpo femenino aunque la reina de belleza española lo haya hecho así ganándose proposiciones de toda índole-, en aquel debate encendido en el cual los representantes del PRI y el PAN perdieron su buen juicio y la oportunidad de ser propositivos al centrarse en cuanto decía y hacía el morenista quien, al final de la contienda, se alzó con una victoria aplastante en la primera ocasión en que su partido participó en una lid presidencial –no así su abanderado, otrora perredista-.
Cambiar en este sentido no es, ni puede considerarse, un avance. Una osa es el respeto a las diferencias, postura a la que me apunto aun cuando desearía un poco de reciprocidad por parte de algunos exhibicionistas, y otra la inducción directa hacia la sexualidad compartida, esto es bisexualidad como norma de conducta o modificación de la naturaleza en el extremo, que no puede ser aceptable aun cuando es fruto de perversiones personales –a las que nadie es ajeno-, y no como modus vivendis.
En fin, la jefa de gobierno y el secretario de Educación, el segundo impuesto por Andrés Manuel sin el mínimo consenso dado su pasado furiosamente zedillista -fue titular de Gobernación en aquel sexenio por breves meses dada su incapacidad manifiesta-, quieren cambiar el universo para presentarnos ante el mundo como una nación vanguardista aun cuando la mayoría de la población vive en la miseria.
La Anécdota
Hace algunas décadas, el maestro Renato Leduc, polémico siempre hasta el final, me contó una de sus vivencias más nítidas:
–Cuando llegué a Londres, se reprimía a los homosexuales; poco después se toleraron sus manifestaciones; unos meses más tarde se les dieron derechos de toda índole incluso para matrimoniarse entre ellos. Fue cuando decidí abandonar la capital de Inglaterra… antes de que se convirtiera la tendencia en obligatoria.
Qué nadie se ofenda; espero sólo una sonrisa benévola por parte de cuantos no se rasgan las vestiduras ante las visiones distintas.