Desafío

Rafael Loret de Mol

05/02/18

*No Encuentro uno
*La Escoba Perdida

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Corre rápido 2018 y ya se nos fue casi una semana de un año con patente de terrífico por sus alcances económicos y, sobre todo, políticos. A las encuestas y sus contratantes, mismos que pagan para darse el gusto de sentirse en la vanguardia aunque sea en papel gráfico, deben añadirse los pataleos de los aspirantes, por debajo de la mesa como canta Manzanero, los derrapes de los mismos y la ausencia de estrategias serias para avanzar en la lid electoral. Preocupan las apariencias y no el fondo.
El colmo fue que, hace apenas unos días, el comentarista Pepe Cárdenas anunció, muy ufano por sus desencuentros con Andrés, que quien se dice no priísta, José Antonio Meade, empeñoso en subrayar su no militancia como si tal fuese deshonroso –lo es para muchos pero estos no son precandidatos presidenciales-, saca siete puntos –de 47 a 40- en las preferencias de la ciudadanía al icono de la izquierda. Un salvaje adelanto movido por el rencor, acaso, y la desesperación. No hay nada que originara un derrumbe como éste. La falsedad de tal información es tan evidente que ni siquiera podemos compararlo con la escala truculenta de calderón en 2016. ¡Por favor!
Quien lleva la peor parte, hasta ahora, es Ricardo Anaya Cortés, cuyos ribetes de conquistador se han visto ofuscados por la realidad d un “frente” en peno naufragio y sin marcaje serio en los sondeos de opinión… aun cuando los propios, los de los tres partidos en unión extramarital, se empeñan en decir que el Frente ya saca cabeza a Andrés considerando las adhesiones a sus respectivas alianzas, uno con la ultraderecha (PES) y otro con una izquierda con olor a cempasúchilt (PRD y MC).
Cuando menos, el Movimiento Ciudadano (MC) cuenta con un “gallo” jalisciense muy difícil de derrotar, Enrique Alfaro Ramírez, alcalde de Guadalajara, bien visto por un enorme conglomerado de sus coterráneos y listo a ganar la gubernatura de una de las entidades claves. La aportación de MC a la causa del Frente es digna de tomarse en cuenta mientras el otro aliado, el PRD, no saca ni piedras de los sitios en donde gobierna –En Morelos de Graco están encendidos los polvorines y en la Ciudad de México dividen lo ya dividido-, para mal.
Si los priistas toleran que un gobernador ebrio –o con una cruda brutal-, Alejandrito Murat, diga incongruencias y conjugue los verbos al estilo peñista, los panistas parecen jugar en lugar de hacer campaña como lo hace Anaya quien parece que sus recorridos sirven para distraerse con sus hijos montando tirolesas o asando bombones en el campo con las flamas de hogueras ya no permitidas en buena parte del país.
Andrés debería irse a casa –o a “La Chingada”-, para dejar pasar las semanas y donar, a los damnificados de septiembre, lo que debiera invertir en su campaña -207 millones de pesos y no sólo la mitad-, mientras los otros, solitos, se tropiezan; pero si cae en el juego de las decalificaciones ofensivas deberá recordar a donde le condujeron sus arrebatos hace doce años cuando ganó unos comicios que no pudo, ni supo defender. Ahora arremete contra el INE, el árbitro de la contienda, cuando él fue el primero en lanzarse para jugar con las cartas marcadas del fraude.
¿O ya se olvidó de 2006 y 2012?
La Anécdota
Desde que era dirigente del PRD, allá por 1999, Andrés justificó atraerse a personajes como Gastón Alegre, financiero de salinas y de la madrid, para que fuese candidatos con tal “de sumar”; le preguntamos al respecto y respondió:
–Es para acelerar el camino; cuando lleguemos a la meta limpiaremos la casa.
Quizá por ello, más que dar los nombres de los miembros de su “gabinete”, debería informar sobre los adeptos de negra memoria que le acompañan, desde el infame Bartlett siguiendo por Pablo Salazar, Esteban Moctezuma –zedillista de hueso colorado-, Alfonso Romo –foxista hasta la médula- y otros sujetos de semejante linaje.