Desafío

Rafael Loret de Mola

1/12/15

*De las Perversidades
*Navidades muy Felices
*Terror en “Los Pinos”

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El juego de la partidocracia es, sin duda, la señal más clara de la descomposición política en México; lo es, sí, porque es demostración fehaciente de dos males “ponzoñosos” –como los llamaría el maestro Ignacio Burgoa Orihuela, de imperecedero recuerdo-: el presidencialismo atávico, hijo del caudillaje posrevolucionario, y la dictadura de los institutos políticos, estén o no en el poder pero con capacidad para revertir iniciativas, chantajear a los operadores de Los Pinos e incluso imponer condiciones a los mexicanos olvidando su representatividad original. Un caos, nada menos.
Nadie entiende, como muestra, la crecida y presencia en la Cámara baja de un partido desconocido, el de Encuentro Social (PES), cuyas siglas remiten, sin duda, al viejo cristianismo en donde el pez era signo indiscutible de libertad y rememoraba el bíblico pasaje de la multiplicación de los panes y los pescados entre las multitudes seguidoras de Jesús. Con ello quedan claro los financiamientos oscuros, provenientes de las sectas protestantes de los Estados Unidos, de este organismo que surgió cual si se tratase de la paloma revoloteando dentro de la chistera del mago.
Si cualquiera de nosotros pregunta quién es el presidente del PES a un ciudadano, incluso bien informado, seguramente no obtendrá respuesta –o la tendrá de uno entre un millón luego de buscar insistentemente-. Les ahorro el trago amargo; se trata de Hugo Eric Flores Cervantes quien, como oficial mayor de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), durante la deplorable administración de felipe calderón y en el lapso de seis meses, fue acusado por las autoridades fiscales por sus actuaciones, dijeron, parciales, repletas de omisiones y ausencia de honradez; tal motivó su cese para evitar que el cauce de las aguas salpicara más arriba, al titular del ramo, el anodino Juan Rafael Evia Quesada –recomendado por fox, naturalmente y uno de los más activos administradores personales de los calderón-. Puros negocios redondos y ocultos. ¿Acaso alguien se acuerda de la gestión pública del tal Evia Quesada? Un misterio a resolver por uno de los grandes ocultistas del siglo XIX.
Flores Cervantes, nacido en el Distrito Federal pero con raíces en Hidalgo, tiene además el “privilegio” de ser pariente cercano de jesús morío –murillo- karam, ex procurador general de la República y ex titular de la secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (SEDATU) –cartera que le heredó a la tránsfuga Rosario Robles Berlanga, luego de un semestre como titular y sin mayores explicaciones por su salida-, de quien se dice anda preparando el terreno para dar firmeza al PES en su natal Hidalgo, cuna de caciques, acaso porque algo turbio encerró su ventana al ostracismo y el tramo final de su militancia priísta.
Para algunos, el PES es sólo uno nuevo cabús del PRI –el último vagón de un ferrocarril, se entiende-, situación disputada acremente con el Partido Verde que, desde luego, añora la posibilidad de mantener su alianza porque de ella emana su gran negocio familiar, el de los González Torres y González Martínez –descendientes los segundos de Emilio Martínez Manatou, el tamaulipeco que arañó la candidatura presidencial en el lapso final de díaz ordaz y fue segregado por su posible intervención en la fragua “golpista” de Tlatelolco en 1968-, si bien la capacidad de adaptación de los dueños del changarro político es notable. Años atrás brincaron al lado de fox cuando la primera alternancia estuvo al alcance de sus manos.
La partidocracia permite estas cosas y otras perversidades más, entre ellas las alianzas turbias, entre e PRD y el PAN, siempre benéficas para la derecha –incluyendo la de Guerrero en donde los panistas ni siquiera voltearon a ver a Iguala porque no se identificaron con ángel aguirre rivero, el sátrapa suelto-, y con los perredistas en la cola, sin siquiera la menor influencia. Además, tal prohijó el derrumbe de la unidad de la izquierda con la escisión de Andrés Manuel López Obrador quien llamó traidores a quienes se quedaron en su antiguo partido, del cual fue fundador al lado de Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo quienes terminaron al margen del mismo instituto, y la consiguiente fundación de la MORENA del tabasqueño quien no tolera siquiera discutir cuanto él ha decidido.
Hace unos días, en conversación casual y ligera, Jesús Ortega Martínez, quien fue uno de los pilares para el encumbramiento de Andrés Manuel en el PRD, me decía con un dejo de resignación temprana y a mi pregunta sobre la posibilidad de que López Obrador lograra recuperar lo perdido tras su salida del PRD y la consiguiente pulverización de las opciones de izquierda:
–No creo posible que Andrés pueda hacerlo; el diferendo con él es irreversible. En este momento es él quien puede observarse como el factor determinante a favor del continuismo de la derecha en el poder. No hay duda sobre ello, por desgracia.
El ex dirigente nacional del PRD –lo fue durante la tensa campaña presidencial de 2012-, asume que quienes permanecen en el PRD son todos aquellos cuyos destinos se cruzaron con los de Andrés Manuel para salir trasquilados por éste en su afán de taparle las salidas a cualquier otro liderazgo. Mientras tanto, López Obrador insiste en que quienes permanecieron obedecen a las alianzas traidoras, como la del Pacto por México, una volátil intención del peñismo recién inaugurado cuando se signó casi sin continuidad alguna, muerto a las pocas semanas de su existencia. Aquel error de cálculo es el justificante con el cual se cubre el ahora presidente de MORENA para despreciar a una buena parte de la izquierda.
Recuerdo, en este sentido, lo que me dijo el propio López Obrador, en 1999 y cuando aún fungía éste como presidente nacional del PRD, respecto a la impresentable candidatura a gobernador de Quintana Roo del financiero Gastón Alegre, señalado por las familias De la Madrid y Salinas como custodio central de sus respectivas fortunas:
–Lo que importa ahora es sumar para irnos más rápido; después limpiaremos la casa y nos quedaremos los de a deveras.
Pero no fue así y la costumbre fue extendiéndose al grado de que hoy cuenta, como deplorables albaceas de la herencia priísta, con manuel bartlett díaz y pablo salazar mendiguchía como alfiles de un ajedrez en el cual no pueden completarse las piezas ni, por ende, se puede jugar con científicas nociones. Sencillamente, reprocha a otros las líneas similares a cuanto él ha hecho para mantenerse bajo las candilejas, infarto de por medio y con cuidados escrupulosos, para acceder, sólo él claro, a una tercera candidatura presidencial.
Y es en este punto donde surge la pregunta que formulamos a Ortega y respondió con más rencor que frialdad mental. ¿Será capaz de volver a realizar la hazaña de comenzar con las apuestas en contra y terminar empatando, o casi, los momios iniciales a favor de los dos grandes partidos de la derecha, el PAN y el PRI, dividiéndolos al estilo maquiavélico priísta, para llevarse la mejor parte? Sí, ya lo hizo en 2012 cuando las apuestas apuntaban a una victoria amplísima del mexiquense peña nieto para luego acercarse tanto que, en la desesperación, el priísmo recurrió a tosas sus artimañas conocidas y descaradas, los monederos MONEX y hasta las despensas de Soriana. ¿Por cierto, dónde quedó el fervor de los mexicanos quienes aseguraron que boicotearían a estos almacenes por haber irrumpido en la campaña presidencial? En este punto es donde falta la fuerza de la ciudadanía para poner los puntos finales dejándose atrapar por los manipuladores y las conveniencias de circunstancias.