Desafío

Rafael Loret de Mola

21/10/15

*Golpeteos Incesantes
*Prepotencia Inaudita
*¡A Romper las Reglas!

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Hace dos años, un cotidiano del norte del país, con derivaciones en la capital en donde exhibe, sin el mayor pudor, su sesgo político, insistió en el linchamiento de Humberto Moreira Valdés, ex gobernador de una Coahuila crucificada por el nepotismo y ex presidente –por nueve meses claves- del PRI nacional, luego de conocerse lo injustificable: el endeudamiento de esta entidad por veintiocho mil ciento ochenta y cuatro millones 500 mil pesos y, sobre todo, la nulidad de los decretos promulgados, en la parte oscura del Congreso local, por un Ejecutivo que no conoció de límites. Vaya, hasta creó un museo de “los gobernadores” para dejar un armario como su ropero personal, incluyendo su chamarra de campaña. Vanidades vemos, intenciones no sabemos.
Una de las notas conocidas tiene que ver con el “descubrimiento” de tres mansiones de lujo en San Antonio, Texas, donde suelen “lavar” su dinero sucio los narcotraficantes –sobre todo en el Dominium Club en el que aparecen una larga lista de mexicanos como dueños del fraccionamiento exclusivo-, por parte del empresario radiodifusor, Raúl González Treviño, quien desde hace años cuenta con capital suficiente propio… si bien su hijo, Raúl González Treviño, fue detenido recientemente en los Estados Unidos por posesión de drogas. También en aquel país –se dice- el gobierno intenta “incautar” las onerosas residencias del padre, como siempre procede con el menor pretexto lo que eleva los riesgos para los inversionistas quienes creen asegurar sus fortunas del “otro lado” sin medir el punto en donde se colocan la “soga al cuello”.
Es muy posible que los movimientos inmobiliarios de González Treviño fueran consecuencia de operativos amafiados aprovechando el aval de Moreira; de ser así, ¿quién podría garantizar que los dineros utilizados por Rubén, el hermano mayor ahora en el desempeño del Ejecutivo coahuilense, durante su campaña y ahora mismo, NO tengan la misa procedencia ilícita? Máxime cuando se menciona, una y otra vez, que tales capitales, los de la deuda ilegal contraída sin el consentimiento de los diputados cobardes -¡ay de aquel que osara repelarle a los Moreira en aquel entonces!-, fueron a parar a la contienda presidencial para beneficio de los operadores de enrique peña nieto; en esta circunstancia, no se olvide que quien fue dirigente de este partido en Coahuila, hasta su lanzamiento como candidato a la gubernatura, fue Rubén, el único verdadero beneficiario político, hasta el momento, de tantas “travesuras”. Es lógico, entonces, que la propaganda contra Humberto –acaso financiada por su propio fraterno a quien éste acusó por el asesinato de su hijo, José Eduardo Moreira Rodríguez, el 3 de octubre de 2012-, fuese un sostenido linchamiento político.
Es difícil la defensa de los Moreira en tales condiciones aun a sabiendas de que Humberto cayó en el garlito familiar y tal fue aprovechado, de lo lindo –el nepotismo, se entiende-, por felipe calderón para destazarlo políticamente. ¿O fue mera coincidencia que la violencia se desatara en Saltillo, con tiroteos por todos los rumbos de esta entrañable ciudad, el mismo día en el que Humberto tomó posesión de la presidencia del PRI, el 4 de marzo de 2011? ¿Y que luego se dieran los incendios, intencionados, que arrasaron cuatrocientas mil hectáreas desde la Sierra de Arteaga hasta el norte de la entidad cuando lo normal, por el estío, era una pérdida anual de tres o cuatro mil hectáreas? De esto, desde luego, nadie se encarga de investigar. ¿Tiene más temor peña nieto a que calderón le recrimine la ausencia de impunidad a que lo haga Humberto respecto al verdadero destino de los fondos de la deuda?
Por lo pronto, el ex gobernador vive a salto de mata, perseguido en los Estados Unidos, y viaja con frecuencia hacia La Haya sin que sepamos, en concreto, cómo han prosperado sus denuncias contra calderón -¿y acaso peña nieto?-, en el tribunal internacional con sede en la capital de Holanda. Y Rubén se sonríe de más cuando el presidente “de todos los mexicanos” viaja a Saltillo para inaugurar una planta de la Chrysler y se deja, coloquialmente, agarrar la pierna por el concesionario de ésta, Sergio Marchionne, y por el propio gobernador en gestos, ambos, de evidente complicidad como recogen decenas de fotografías.
¿Sólo Coahuila está endeudada o el cotidiano en cuestión es el único que no ha alcanzado “arreglo” con el gobernador de la entidad en donde todos se preguntan por qué se instrumentó una verdadera parodia para la falsa aprehensión de Javier Villarreal Hernández, el ex tesorero quien llegó a la procuraduría estatal sólo para permanecer dos horas allí sin supuesta causa que perseguir? El ex funcionario fue avisado por su abogado que tenía “todo preparado”, le dio hora exacta para su “entrega”, gracias a la corrupción del sistema judicial, y le aseguró que no habría motivo para preocupación alguna; el aludido llegó con su mejor traje –cortado seguramente por un sastre de altos vuelos-, sonrió ante la prensa y salió por una puerta trasera burlándose de la justicia. Ahora alegan que “se le busca” sin éxito… cuando muchos le ven, con frecuencia, pasearse impunemente por las calles de Saltillo.
En línea semejante, se sabe, en la vecina Monterrey, un célebre personaje acude con frecuencia al conocido restaurante de cabrito, “El Gran Pastor” –por cierto próximo al Casino Royale en donde murieron cincuenta y tres personas como consecuencia de una explosión filmada desde sus preparativos lo que hizo fincar responsabilidades al alcalde panista Fernando Larrizábal Bretón y a su antecesor, Adalberto Madero Quiroga, también del PAN aunque expulsado del mismo a posterior, aprehendido el 9 de octubre de 2011 e internado en la prisión de Apodaca. ¿Sólo eso por una pira de cadáveres?-.
Allá, en el restaurante citado, los sicarios llegan diez minutos antes, recogen los teléfonos celulares y “solicitan” a la clientela permanecer en sus mesas “hasta nueva orden”. Luego de ese lapso, arriba allí un conocido narcotraficante con algunas bellezas que no pasan desapercibidas –con inclusión, a veces, de figuras de la pantalla-, come a llenar y, al retirarse, da la gracias a sus ocasionales vecinos de comedor y les extiende las gracias. Diez minutos más tarde, los “matones” a su servicio devuelven a cada quien su respectivo celular… con la cuenta debidamente pagada incluyendo las propinas. Y las quejas se tornan en sonrisas, a veces delirantes.
¿Dónde están los elementos de las tantas corporaciones con poder de fuego? ¿Para qué sirven las supuestas “agencias de inteligencia” para las cuales se solicita más y más presupuesto sin dar resultados? Es obvio que se persigue a quienes se quiere y se protege y tolera a cuantos tienen nexos inconfesables con algunos elementos de la cúpula del poder; de otro modo, claro, sería imposible sostener tan aguda negligencia.