Cruz Azul vence a Tigres y se niega a caer

Cruz Azul no cae. Pueden pegarle las lesiones, pueden dominarlo los rivales, pero se niega a claudicar. Es más, cada jornada que pasa solo sirve para confirmar que está de regreso y quiere ser protagonista de este torneo. Porque cuando el equipo no funciona al cien, ahí está José de Jesús Corona, acallando con grandes atajadas todas las dudas que generó, y la zurda de Adrián Aldrete que ya le ha dado seis puntos a su equipo. Con estos ingredientes, se firmó la victoria por 2-1 sobre Tigres.

Y La Máquina llegó a este juego con la incertidumbre de saber qué tanto le pegaría la baja de Pablo Aguilar y la ausencia aún de Igor Lichnovsky, su central titular. Para solventar la situación Siboldi retrasó a Luis Romo como central, acompañándolo de Julio César Domínguez y abrió a Juan Escobar por derecha, manteniendo a Aldrete por izquierda. La defensa estuvo a la altura en los primeros minutos, al grado que de esta línea nació el gol cruzazulino.

Al minuto ocho vino una falta adelante del círculo central. Cruz Azul cobró en corto para mandar un centro abierto que encontró la cabeza de Escobar, el paraguayo recentró al otro costado donde apareció Romo sin marca para mandarla a las redes. Sí, la máxima que advierte que dos cabezazos en el área casi siempre terminan en gol, se cumplió para La Máquina.

Pero el dominio celeste se fue diluyendo y cuadro felino se hizo de la posesión de la pelota; aunque por derecha Escobar ya le había agarrado la medida a Javier Aquino y a André-Pierre Gignac, por izquierda Quiñones y Enner Valencia empezaron a hacer estragos en la línea defensiva, pero en cada intento se toparon con un enorme José de Jesús Corona.

Así como sucedió la semana pasada con Chivas, el portero cruzazulino se erigió como la gran figura de su equipo. El primero que probó a Chuy fue Quiñones con un doble disparo que el portero aguantó bien en el fondo; instantes después fue turno para Enner que sacó un tiro raso, pegado al poste, que exigió una monumental atajada de Corona; y antes de que concluyera el primer tiempo, otra vez el ecuatoriano fracasó ante el experimentado cancerbero al dispararle al cuerpo.

Así se fueron a los vestidores. Cruz Azul ganaba gracias a la gran actuación de su portero, pero era innegable que el partido ya le pertenecía a Tigres y de mantenerse esa inercia solo sería cuestión de tiempo para la igualada.

Y así sucedió. En los primeros 15 minutos del complemento el cuadro norteño mantuvo la presión, hasta que llegó un contragolpe de Quiñones que culminó con un centro que Chuy apenas alcanzó a desviar, pero el balón le quedó a Aquino, quien sin marca la mandó al fondo para el 1-1.

En ese momento Siboldi trató de agitar a su Máquina desde la banca. Mandó a Alex Castro y Orbelín Pineda por Yotún y Giménez. Necesitaba el medio campo para dominar el juego. Si bien es cierto que La Máquina ya tenía la pelota, seguía careciendo de claridad para llegar con peligro.

Fue entonces que la historia se repitió como hace una semana frente a Chivas: falta en los linderos del área y Adrián Aldrete acomodó la bola para pegar un zapatazo que le dio otros tres puntos a su equipo. A este Cruz Azul ya es muy difícil derribarlo.

Agencias