Crece la represión de Ortega en Nicaragua

15/07/2018-La oposición de Nicaragua comenzó ayer su tercera jornada de protestas contra el presidente Daniel Ortega, luego de que el viernes por la noche más de 200 estudiantes permanecieron sitiados en una iglesia de Managua por agentes armados.

Las operaciones policiales en la capital nicaragüense y la ciudad de Masaya causaron la muerte de dos jóvenes y decenas más resultaron heridas.

Las dos personas que murieron tenían disparos en la cabeza. Uno de ellos falleció dentro de la parroquia y el otro desangrado en una barricada.

Tras iniciar el ataque hacia el mediodía del viernes por paramilitares, los estudiantes atrincherados en la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN) buscaron refugio en el templo de la Divina Misericordia

Los jóvenes se reunieron ayer con sus familias después de salir del templo donde fueron atacados en camiones hacia la Catedral Metropolitana y escoltados por obispos y personal de la Cruz Roja, gracias a la la mediación del Episcopado.

Al paso de la caravana que los trasladó, cientos de personas los ovacionaron: “Justicia”, “Vivan los estudiantes”.

Los jóvenes, que estuvieron unas 20 horas encerrados, fueron recibidos por una multitud en medio del himno nicaragüense y canciones de protesta.

También denunciaron que cuatro alumnos fueron secuestrados por grupos paramilitares, tras dejar la iglesia en la que fueron asediados.

El ataque ocurrió durante un paro opositor, en la segunda jornada de tres días de presión contra Ortega, convocado por la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia.

Además, Gabriel Mairena, hermano del líder campesino Medardo Mairena, quien participa en el diálogo, fue herido en de San Pedro de Lóvago.

El obispo auxiliar de Managua, Silvio Báez, acusó al gobierno de Ortega de atravesar “el límite de lo inhumano y de lo inmoral”. Y añadió: “¡La comunidad internacional no puede ser indiferente!”.

Dos senadores de Estados Unidos, el demócrata Bill Nelson y el republicano Marco Rubio, al igual que México, Chile, Costa Rica y Argentina, entre otros países, condenaron el brutal ataque.

La UNAN, donde los muchachos estuvieron casi tres meses en barricadas, era el último bastión de resistencia de los estudiantes, punta de lanza de un movimiento que rechaza a Ortega, a quien acusan de una brutal represión.

Agencias