Con paro, hacen demostración de fuerza al gobierno de EU

17/02/2017 – Washington.— Estados Unidos vivió ayer su primer Día sin Inmigrantes en la administración del presidente Donald Trump, que derivó en el cierre de centenares de comercios, vacio de aulas escolares y mandó un mensaje de fuerza de la comunidad migrante contra las políticas del republicano.

Tras el éxito del evento similar realizado el pasado lunes en Wisconsin, inmigrantes de todo el país se sumaron a la “huelga general” para demostrar la importancia de la comunidad, sin la que probablemente EU no funcionaría.

En la capital, Washington, un grupo de unas 200 personas marchó desde el barrio latino por excelencia, Mt. Pleasant, hasta el centro de la ciudad, al grito de “Sí se puede” y “El pueblo unido jamás será vencido”.

La manifestación, predominantemente de origen latino, iba dejando atrás numerosos comercios con los carteles de “cerrado” y “huelga general”, obligados por la masiva respuesta de los inmigrantes de no aparecer en sus lugares de trabajo.

Cerca de 100 restaurantes cerraron para permitir a sus empleados participar en las protestas y hacer oír su voz. “En solidaridad con los muchos inmigrantes de nuestro equipo, apasionados por participar en el Día sin Inmigrantes, cerraremos la mayoría de nuestros restaurantes en el área de Washington”, anunció uno de los chefs estrella de la ciudad, el español José Andrés, gran defensor de los derechos de los inmigrantes y una de las voces más fuertes en la lucha contra las políticas de Trump.

Muchos prefirieron quedarse en casa o participar de forma anónima en las protestas que se repitieron en unas 10 ciudades para evitar cualquier tipo de sanción o exposición. “No importa que no estén en la marcha: su ausencia en los lugares de trabajo, en las escuelas, el no consumir, es el mensaje que queremos dar. Que Trump vea el impacto y la fuerza de todos los inmigrantes”, dijo Paola a medios.

Según datos del censo oficial, cerca de 26.3 millones de inmigrantes integran la fuerza laboral del país: más de 16.7% de la población trabajadora. Ese impacto en la economía, como trabajadores y como consumidores, es el que querían demostrar los organizadores de las marchas por todo el país.

Las políticas del presidente Trump contra la comunidad migrante, especialmente el endurecimiento de la persecución a los indocumentados y la ampliación del espectro de personas sujetas a deportación, ha puesto en alarma a la comunidad inmigrante.

La marcha en la capital terminó en una Casa Blanca todavía en obras para desmontar los andamios puestos desde el día de la toma de posesión de Trump, hace casi un mes. Ahí los manifestantes, en un círculo, explicaron sus historias y la importancia de la migración no sólo en sus vidas, sino también en el día a día de EU.

En Nueva York, varios negocios propiedad de mexicanos cerraron sus puertas para unirse al paro, incluyendo lugares populares en el Harlem como las taquerías el Águila y Guadalupe, o los restaurantes El Tapatío y Hot Jalapeño, o la panadería Don Paco.

Escenas similares se repitieron en Chicago, Los Ángeles y Filadelfia. En Falls Church, Virginia, Marcela Ardaya Vargas no llevó a su hijo a la escuela para que la acompañara a la protesta en Washington. “Cuando preguntó por qué no iría a la escuela, le dije que iba a aprender sobre inmigración”, explicó. “Nuestro trabajo como ciudadanos es unirnos con nuestros hermanos y hermanas”.

Se realizaron marchas y mítines también en ciudades como Raleigh, en Carolina del Norte; Austin, Texas, y Detroit. “Nosotros aportamos a la economía y la sociedad”, dijo Kia Allah, una maestra de 32 años musulmana, en el evento en Raleigh.

Pero el miedo llevó a algunos a no participar en la jornada. “Vine por temor a una represalia”, dijo el mexicano Raúl Aguirre en su puesto en una tienda de alimentos de Manhattan.

Las marchas contra Trump están lejos de terminar. Para el 8 de marzo está previsto un Día sin mujeres y para el 1 de mayo, Día Internacional del Trabajo, se está organizando otra huelga general de inmigrantes.

Agencias