Con “deportaciones rápidas” inicia una crisis humanitaria, advierten

Con la ampliación de las “deportaciones expeditas” o aceleradas de inmigrantes que han permanecido de forma ilegal en Estados Unidos menos de dos años, y que público ayer el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, en inglés) de ese país en el Registro Federal, viene a socavar aún más la emergencia migratoria por la que atraviesa México y generará una auténtica y compleja crisis humanitaria en el país, con un crítico panorama para las ciudades de la frontera norte, como Matamoros, advirtió ayer Jorge Alfredo Lera Mejía, economista (ITAM).

El Maestro en Economía y Doctor en Administración Pública (UAT), precisó que esta medida afecta a los extranjeros que están en Estados Unidos “sin haber sido admitidos o en libertad condicional luego de la inspección de un agente de inmigración en un puerto de entrada” -proceso que se aplica para los solicitantes de asilo- y a quienes no llegaron por mar.

“Sella” EE.UU. la frontera
Explicó que la deportación rápida o exprés ya existía para aquellos casos de los inmigrantes indocumentados que permanecían a menos de 160 kilómetros de la frontera y que estaban en el país 14 días o menos; ahora, con la nueva medida, aplica para todos los migrantes que tengan menos de dos años de haber entrado a Estados Unidos de manera ilegal.
Lera Mejía, profesor-investigador adscrito a la Universidad Autónoma de Tamaulipas, dijo que la deportación rápida implica que los inmigrantes no tendrán comparecencia ante un juez migratorio, por lo que esta medida ayudará a reducir de manera significativa la saturación que ya tienen en los centros de detención, para enviarlos -no solo adultos, sino a familias, mujeres y niños- sin muchas complicaciones a las ciudades fronterizas del norte de México, y que, aunado, a las repatriaciones de 300 mexicanos a diario por toda la frontera, la deportación de los extranjeros indocumentados y solicitantes de asilo provocará un caos y una crisis humanitaria en el norte del país.

Tercer país seguro
“Con la deportación exprés ya somos de facto un tercer país seguro” -dijo Lera Mejía- porque ya se reciben mexicanos y extranjeros en los puentes internacionales “ya sin pedir permiso y en puentes que no están ni siquiera autorizados por México”.
“Y ya están pasando por alrededor de toda la frontera alrededor de 300 mexicanos diarios; por Tamaulipas decían que no; ya están deportando por los municipios de Nuevo Laredo, Matamoros y Reynosa a centroamericanos”, advirtió el profesor e investigador.